IX - Baile de estrellas

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- Rescato este poema para mayor difusión -

Abrí los ojos tras el golpe,
tonto de mí,
Viajando a la oscuridad sin pasaporte.

Una luz se encendió al final,
Seguro que era ella...
El camino se ilumina con su andar.

¿Por qué estás tan lejos...?
Pregunté.
Recordando que la música
Fue la única fiel.

Me es imposible recordar,
El por qué ya no volví a soñar.

En mi mente apareció un recuerdo,
Mi pecho se enrojeció y en el apareció fuego.

Quemaste mi corazón
¡ay maldita desalmada!
Quería enterrar la sinrazón,
Tú me mostraste la noche estrellada.

En esas estrellas observé el destello,
Su luz reflejada en tu cabello.

Pero detrás de la luz hay sombra,
Maldito amor, que siempre atonta.

Pues enseñaste el cuchillo,
Tus ojos se tornaron rojos,
En la tierra cantaban los grillos, En el cielo dioses jugando a su antojo.

Clavaste el puñal,
Culpa mía por volver a confiar.

Yacía en el suelo.

Leyendas aparecieron tras aquello,
Algunos dicen que una luz me recogió
Otros que mi sangre se esparció,
Subió al cielo.

Algunos juraron que mi alma se tornó negra,
Qué me convertí en un demonio,
Que solo por la maldad vela.

No hay una verdad absoluta,
Pues mi alma no está impoluta.

Mi sangre regó las flores,
Mi alma iluminó los caminos,
¿Qué pasó con mi corazón?
Preguntan algunos entrometidos.

Las cenizas de mi corazón arrojadas fueron al mar,
Donde por fin los tormentos,
Se llegarían a calmar.

La tormenta cesó por fin.


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