Cáncer

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¿Les ha pasado que tienen un sueño del cual jamás quieren despertar? ¿Un sueño que pareciera tan real que hasta el tacto de otra persona en aquel mundo irreal pareciera de lo más normal? Pues eso era lo que le pasaba a la pelirroja de Cáncer; donde el suave roce de sus labios con los de su platónico Evan Peters se movía con suavidad. La verdad es que aquella noche se la pasó viendo las temporadas de American Horror Story, y como era de esperar en la pecosa es que soñara con él como de costumbre.

Ella sonreía levemente mientras seguía dormida, con toda una película de romance dirigida por su cerebro y... ¡Buuuum! El sonido estridente de un barco zarpando la despertó como una zarandeada, ella abrió los ojos en par y la cólera le recorrió el cuerpo entero ¡Su maldito beso con Evan Peters estaba arruinado! ¿Cómo era posible que le sucediera tal maldad? Se removió gimiendo por su cama y trato ahogar una maldición para nada sutil. Tenía la vista clavada en el techo mientras contaba hasta diez, luego conto ovejas con la cara del chico para tratar de volver a soñar con este pero no logro ningún resultado. Definitivamente no volvería a dormir. Ella resignada vio la hora en su celular y se maldijo severamente, un cuarto para las cinco apuntaba el reloj y se sintió fatigada por aquel miserable hecho. La pelirroja se levantó de su cálida cama y se ganó a observar por su ventana, fuera de su cuarto los faroles seguían prendidos y una espesa niebla matinal rodeaba todo lo que tocaba. La joven se volvió a situar en su colchón pero las ganas de aquel vicio maldito le llamo, se dirigió hacia uno de los cajones de su armario -en donde dejaba sus trajes de baño que nadie tocaba y que con suerte usaba- donde se encontraba una cajetilla de cigarros que le había regalado su mejor amiga, Ramona. Esta con suerte fumaba dos o tres cigarros al mes y solo era cuando estaba muy estresada o muy angustiada.

-quizá lo deje el próximo mes...-murmuro con una leve sonrisa.

Saco los cigarros y el encendedor que se había robado de la cocina hace un mes atrás. Se puso un pantalón grueso, dos sweater y una chaqueta con capucha, luego camino hasta la puerta de su habitación y la abrió sigilosamente, camino unos pasos y piso las tablas que no crujían; claro que memorizar cuales eran las silenciosas había sido todo un cacho. Camino en dirección hacia las escaleras y las subió con sigilo hasta la abertura del techo, cuando abrió la puerta, esta se encontró con el suelo húmedo por la niebla y con un cielo estrellado.

-¡prrr! Hace mucho frio...

Camino hasta una banca cercana al romero y el tomillo y prendió su primer cigarro, esta lo fumo lentamente, disfrutando de la sensación de calma que le traía. Cáncer camino hasta la barandilla que le habían puesto al techo para que no se cayeran sus hermanos mayores de bebes. Su vista viajo a una de las tablas sin barnizar y sonrió cuando vio un dibujo horrible que reconoció como suyo. El paisaje costero en Ravenwood siempre era el mismo, un cielo oscuro hasta que aparecía el sol, luego las nubes tapaban todo a su paso, en el atardecer el cielo se despejaba levemente y se sonrojaba, finalmente, el manto nocturno se posaba sobre la ciudad y las estrellas refulgían con esplendor. Ella podría pasar horas viendo desde aquel lugar las olas chocando y las pequeñas embarcaciones zarpando.

Ella no se sentía tan tranquila desde el año pasado, donde todo era completamente normal y no se sentía presionada por saber qué días podía visitar a su padre y cuanto de la custodia se pelearon sus papás. En resumen, el divorcio le había afectado completamente y no paraba de sentir una especie de remordimiento en sus padres, "¿Por qué tienen que separarse? ¡Se supone que hasta hace poco se amaban!" pensaba ella seguido, no podía no sentir que sus progenitores le estaban fallando en cierta manera y hacerles pensar que estaba de acuerdo ante aquel tema. Durante las discusiones que ella escucho antes de que la palabra divorcio causara una gran conmoción en la familia, está ya sabía que su padre le era infiel a su madre y que está también lo era con el jefe de él. Ella solo quería ver a su familia reunida como en los viejos tiempos, no una familia a medias donde apenas veía a su padre, con una hermana ausente por la universidad y una madre egoísta que se la pasaba conociendo hombres que ni le durarían tres días. Ella...ella quería su familia de vuelta, como cuando era niña y entre todos jugaban a las escondidas, donde las cenas familiares eran divertidas y que cuando veían una película triste hasta su padre lloraría.

Ravenwood-zodiacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora