Leo

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-¡oh por dios! -chillaba la joven pelinegra al ver el vómito escurrir por la boca de su amiga.

-estoy bien...

El vómito se desato de nuevo sobre el inodoro y con cara de asco Libra sostenía el rubio cabello de Leo. Durante todo el tiempo que estuvieron en la fiesta, la pelinegra tuvo que cuidar de que no cometiera demasiadas locuras su mejor amiga, cosa que fue un fracaso debido a que cada vez que miraba a otro lado esta se escapa a bailar con medio mundo y a tomar descontroladamente. Se sentía completamente abrumada con la actitud que la chica estaba teniendo debido al rompimiento con su ex, sin embargo entendía que después de pasar por una inmensa tristeza se explotaba en un día y después lo tomaba todo con tranquilidad.

-lo extraño demasiado-sollozó mientras se secaba la boca con papel higiénico-, yo lo amaba...

-lo sé, me lo has dicho toda la noche.

-pero amiga... ¡yo lo amaba!

-mmm...

-soy un desastre...para lo único que le serví fue para follar-musito arrastrando cada palabra.

-¡basta! Deja de pensar esas cosas...eres una chica maravillosa, ya verás que se arrepentirá.

-me remplazó con alguien más guapa-la rubia estallo en llanto y Libra solo pudo poner una terrible cara de pánico.

Se levantó del suelo tambaleante y se miró al espejo, pensó que sus ojos estaban muy rojos y que ardían, aquel maquillaje tan bien ejecutado murió por completo cuando esta decidió lavarse el rostro. Se veía terrible, demacrada, sin ningún rastro de felicidad o lucidez alguna.

Sus pensamientos la llevaban una y otra vez a la escena del crimen, cuando vio el gran engaño. Veía sus manos acariciando el rostro de otra, como la otra mano sostenía su cintura. Veía como ella se subía a su regazo buscando sus suaves labios, como sus miradas se entrelazaban. Recordaba todo tan bien, recordaba como hacia frio aquella noche, como la otra ocupaba una falda diminuta, "a mí me hubiera quedado mejor" pensó Leo. Dios, solo podía ver sus bocas juntarse en aquella plaza oscura. Solo podía verlo acariciando el muslo de otra, como lo hacía con esta. Veía como se iba con ella. Como la remplazaba por ella. Como rompía su corazón por estar con ella.

-quiero morir...

-basta con el drama-dijo tajante Libra.

No se sentía para nada bien, espero y espero hasta alejar los pensamientos, aunque sea que se escucharan menos en su cabeza. Respiró hondo y expulso todo el aire por su boca, conto hasta veinte y luego miro a su alrededor. Recordó que estaba en el baño de la fiesta, que de seguro habría personas esperando afuera, que no era la única persona en el mundo que quizá quería vomitar y llorar por sus ex's. Ya calmada seco su rostro que aún seguía mojado y limpio minuciosamente su maquillaje corrido. No podía seguir llorando después de haber vomitado, le empezaba a resultar patético y poco digno de ella, de apoco sentía que su actitud volvía, además, ella sabía que tenía que hacerse valer en tales momentos y que ningún hombre merecía sus lágrimas.

-¿estás mejor?- pronuncio Libra.

-mejor que nunca, ¿quieres irte de este lugar?

-ni te imaginas.

Ambas se miraron expectantes y salieron del baño, quizá estuvieron demasiado tiempo encerradas, ya que las miradas de algunos haciendo fila eran para tener miedo, ninguna dijo alguna palabra mientras bajaban las escaleras con sumo cuidado, la gente en el centro de la sala bailaba con locura mientras que los jóvenes sentados en los varios sofás aprovechaban las instancias de beber, fumar o pasar más allá de los besos. Leo contemplaba con odio las parejas, libra lo notaba y trataba de acelerar el paso por si llegaba a hacer un show. Ambas salieron por la puerta principal y notaron otros chicos afuera fumando cigarrillos o marihuana, como también otros conversando tranquilamente. Leo solo pensó "los borrachos somos realmente los problemáticos..." y es que si ponía a un drogo junto a ella, los más probable es que esta haría alguna estupidez como llorar o pelear con alguien mientras el drogo podía reírse y observar.

Ravenwood-zodiacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora