Capítulo 1

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Hoy te contaré una historia, mí historia, una historia medianamente llamativa al que tiene claras expectativas.

¿Quién escribe un libro para lamentarse, para quejarse como si otro tuviera la culpa de nuestro frío, de nuestra cólera o de nuestras tardanzas?

Sí, sí; es cierto que la literatura me ha acompañado durante toda mi vida—hasta ahora— y es cierto que gracias a esa literatura que tú y yo estamos acá tratando de entendernos. Entonces hay que empezar con esta triste, penosa y a la vez vergonzosa historia. Pero lo único que tengo claro—y hasta ahora lo sigo pensando— es que empecé estas líneas porque quise hablar de Amy, Amy, Amy, mi ángel guardián de la adolescencia, amor, pena, revelación y castigo. Amy, la única razón de mi literatura, la única razón de mis palabras.

Para me empezar y no embrollarte demasiado, comenzaré la historia en como comenzó todo, me llamo Jacob, solo Jacob no tenía ni sobre nombre, nada sólo era Jacob, tenía dieciséis años, era muy alto para mi edad en ese entonces medía aproximadamente un metro setenta y nueve, tengo cabello negro, unos ojos azules como el mar—bueno eso decía mi mamá—y también tengo las pestañas risadas, no sé por qué salieron así—siempre me pregunté eso—todos pensaban que yo agarraba el rizador de mi mamá, pero bueno, estaba a once meses de acabar la secundaria, vivía con mi mamá y papá en Liverpool al noreste de Inglaterra era una zona muy urbanizada y tranquila.

Mis vecinos como describir a mis vecinos, ellos me odiaban sobre todo los del lado izquierdo porque decían que mucho escándalo hacía con mis vídeojuegos de Mortal Kombat X , GTA , Call Of Duty o Street Fighter— juegos que ahora me parecen un poco aburridos—los del lado derecho, pues ahí no vivía nadie, pero la próxima semana una familia vendría, de seguro también me odiaran—pensaba sin saber qué pasaría.

Por ese momento sólo tenía dos meses de vacaciones, de ahí otra vez a la escuela, mi mamá decía que ese año lo tenia que aprovechar al máximo, porque ese año termino el colegio y en la universidad no era igual—vaya que tenía razón.
En ese tiempo no tenía bien claro lo que quería estudiar. Pocos años después por toda la tormentosa vida que pase, me decidí en ser un escritor, quizá para vengarme de todo el horroroso pasado—pero me estoy adelantando mucho.








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Mi vecina me tiene loco.©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora