Capítulo 29

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Miércoles 30 de abril

Ya pasó un mes y dieciocho días, después de esa conversación tan penosa y dolorosa para los dos— y más para mí.
Ella ya no me hablaba, simplemente se alejo después de esa conversación.

Yo ahora estaba más concentrado en los estudios, al decir verdad, había subido de puesto, estaba en el tercer puesto, Amy, ella estaba en el segundo. Pero no puedo entender cómo, hasta donde tenía entendido, desde que andaba con ángeles, sólo se va a fiestas, y engaña a sus padres, me acuerdo hace unos días nada más, era la una de la madrugada y yo estaba estudiando y ella por la ventana se estaba escapando, se iba a ir con según ella sus "amigos", yo no le dije nada, pero si tenía las ganas de decirle algo.
A veces intercambiamos algunas palabras, nos saludábamos, me contaba algunos problemas que seguía teniendo con sus padres. Manteníamos una lejana cordialidad.

De mi jamás hablé con ella, así que no era novedad, ella no decía nada que me incomodara y yo no hablaba nada que pudiera abrir viejas heridas.
No se sentaba en la cafetería conmigo, se iba con Tyler o sino con ángeles, aunque ángeles ya se estaba aburriendo de ella hasta donde lo tenía entendido.
Ya no abría sus cortinas, y si lo hacía era sólo para preguntarme si había tarea, porque ella a veces se quedaba dormida en las clases por desvelarse casi toda la noche en las fiestas.

Sin embargo, no me era difícil saber de ella, Karl, menos enfermo y, por ende, menos curado que yo de ese virus llamado Amy, le seguía los pasos.
Así que cada vez que Karl y yo nos veíamos, él me decía cualquier cosa de Amy y en que andaba.

Se decía que salía de fiesta en fiesta, que ya había cedido a la tentación de la cerveza, también que ya andaba con Tyler, así que Tyler ganó la apuesta.
Al principio eran «amigos cariñosos» algo para decir que salían pero no estaban.

— si sera idiota Amy, con la fama que tiene Tyler, va a terminar embarazándola —dijo Karl todo furioso

— poco a poco, quien sabe capaz surja afecto verdadero más que una simple apuesta.

— ¡Ni hablar! ¡imposible! Tyler es un infeliz, y lo sé porque he estado a su lado por varios años. Él no quiere a nadie, con todas las chicas que ha estado fue así, hablarle bonito, llevarla a un cuarto, y al día siguiente tratarla como si fuera una cualquiera, pero de ahí que ella este ENAMORADA, hummm, eso si puede ser, ni modo tenía que ser una tonta más en la lista de ese idiota.

Yo no dije nada, me quedé callado sin saber que responderle. No quería darle vueltas a mis sentimientos.

Nadie sabía de esos horrorosos poemas que le escribía a Amy, dolorosos, en donde yo me denudaba como el 'chiquillo' enamorado que no pone limites a lo que piensa y el destinatario absoluto y único de esos versos era Amy.

Estabamos en clases de literatura, estábamos hablando sobre el romanticismo. Amy no prestaba atención, estaba con los ojos rojos, las ojeras la caracterizaban, Tyler estaba todo un rey, no prestaba atención, y ni siquiera era capaz de aunque sea copiar la clase para ella.
Toco el timbre de cambio de hora, ahí todos aprovechaban a pasear por los corredores, Tyler se fue con sus amigos y Amy la dejaron en el pupitre durmiendo.

Yo me le acerqué y le dije.

— Amy.

— ¿qué cosa quieres?

— ¿Qué?

— ay..perdón, creí que eras Tyler, lo siento. ¡Hola!

— ¡Hola!

— ¿qué paso? — me preguntó confundida.

— ¿vamos?

— ¿adónde?—más confundida.

— a la cafetería.

— mira Jacob, no quiero tener más problemas, mejor anda tú ¿sí?

— Está bien.

— lo siento Jacob, lo hago por tu bien.

— ¿por mi bien?

— sí, por tu bien. Ahora si vete.

No entendí por que ella dijo eso, como si algo la amenazara, no sé que pasaba con ella, estaba rara, me preocupaba y mucho, aunque no lo hacía notar, pero si me preocupaba demasiado Amy.
Terminaron las clases, Amy se fue a su casa, yo también lo hice pero con Karl. Para él ya era costumbre acompañarme y de ahí el tomaba otra ruta para irse a su casa.

Llegamos, yo entré, como siempre, no había nadie, sólo el almuerzo. Subí a mi habitación para dejar mis cosas y escuchaba gritos.

— ¿Qué demonios es esto Amy?—gritaba el padre

— ¿por qué te arruinas la vida así Amy? —le decía entre llantos su madre.

— No me estoy arruinando nada, mamá es solo un cigarro.

— ¿sólo un cigarro?—respondió el padre indignado

— sí, un mísero cigarro, ni que fuera droga.

— mira como están tus ojos, todos rojos, esas ojeras, eso pasa por que mucho fumas.

— ¡Noooo! No es por eso.

— sí, mirate nada mas como estas.

—eso pasara seguro, porque no sé, tal vez tengo unos padres que poco les importa lo que hago.

El papá no respondió nada, y simplemente opto por tirarle una bofetada a su hija.

— ¿Qué solucionas golpeándome?—gritó Amy llorando.

El papá le volvió a tirar otra bofetada.

— Compórtate—gritaba el padre.

— Ustedes son lo peor que me ha podido pasara en esta vida, lo peor ¿entendieron?

— Amy—dijo el padre— tratando de remediar las cosas.

— ¡No me toques!, ya lo hiciste, ya me golpeaste, esto es todo. ¡lárguense!

— Amy..escucha—decía la madre.

— ¡Lárguense! —gritó más fuerte la castaña

Mi vecina me tiene loco.©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora