En El Instituto Perdura El Amor 《One Piece》

Trafalgar [Maratón Celos 1/3]

Anteriormente:
No sabia que me podía doler tanto. Yo quería que eso pasará al fin y al cabo.

- La-Law me quiero ir - le dije entre sollozos.

-Te voy a dejar a tu casa.-

-No, no quiero ir allí, llévame a cualquier lugar menos allí - el asintió, tomo mi mano y nos fuimos a su auto.

Narra (tu nombre):

- ¿A donde quieres que te lleve? - preguntó luego de un rato.

Me limpié mis lágrimas.

- ¿Donde quieres llevarme? -

El sonrió un poco, pero aun así se notaba preocupado. No me hablo más y yo a él tampoco. Mire el paisaje.

"¿Por que me duele tanto? Debería estar feliz"

Saqué mi celular y busqué de número Bonney.

"Bonney, creo que ya no es necesario que me ayudes con Sabo y Koala" Le envié ese mensaje.

A los minutos, esta me estaba llamando. Deslicé el dedo por la pantalla.

- ¡¿Como que ya no te ayude?!- me preguntó, sentí la mirada de Law.

- No, ya no..- lo observé y este dirigió su mirada a la carretera. Espera...¿Cuando estábamos en una carretera? ¿Desde cuando ya no estamos en la ciudad?

- ¡Cuñadademinovio-san! No me puedes decir eso - se notaba desesperada, ¿Que raro?.

- Lo siento Cuñadademinovio-san - el rostro de Law mostró sorpresa al escucha lo que dije.

- Y yo que tenia esperanzas de tener a una chica con estos hermanos...-

- Pero próspero habrá otra mujer, lastima que es una adulta -

Creo que hablar con Bonney me anima un poco.

- ¿Como que otra mujer? ¿Luffy tiene novia? -

- Por el momento no, pero Hancock-sensei se le declaró a Luffy - Law cada vez se notaba más sorprendido.

- ¡¿HANCOCK?! - aparte el teléfono de mi oreja.

-Si, Hancock, así que ya no te tienes que preocupar mucho por mi relación con Sabo -

Law detuvo el auto.

- No lo puedo creer...Hancock y Luffy - estoy casi segura que se imagino a Hancock y a Luffy.

Trafalgar me quedo mirando, esperando para que terminará de hablar por teléfono, nuestros ojos no se apartaban y un cosquilleo sentí en mi estomago. Las dichosas mariposas del amor...

- Bonney...hablamos después - estaba hipnotizada con los ojos grises de Trafalgar.

-Esta bien, nos vemos cuñadademinovio-san -

-Nos vemos - finalice la llamada, sin apartar la mirada.

- Llegamos, (Tu nombre)-ya -

- ¿A donde me trajiste? - pregunté.

- Tendrás que caminar un poco para saber - me contestó.

Bajé del auto y un gran viento elevó mi pelo y mi vestido, por suerte no se levantó.

- Esta un poco ventoso - comenté.

- Si - afirmó. - Ven vamos.-

Asentí y corrí hasta él.