laureles y desesperación

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Oikawa posicionó la corona de laureles sobre la cabeza de Iwaizumi, con una sonrisa.

—Esta corona de laureles simboliza tu victoria contra la rebeldía, Iwaizumi.

La fiesta había terminado, y ambos se encontraban solos en el departamento del soldado. Oikawa amaba pasar tiempo allí, junto al propietario de la casa.

Pero había algo que Oikawa no sabía del ser humano; el poder corrompe a la gente.

El gran poder que Iwaizumi había conseguido como general lo había hecho enloquecer. Este sabía lo que Oikawa realmente quería, pero él no podía cumplirlo.

Iwaizumi quería que la rebelión desapareciera, que todos murieran de una forma cruel y sádica.

Oikawa quería que la rebelión lo dejase en paz, pero por más cínico y sádico que fuese, no les deseaba la muerte.

Claramente, Oikawa hubiera detenido a Iwaizumi en la primera oportunidad. Si este supiese algo de lo que pasaba. La versión de los hechos que el castaño conocía era totalmente diferente a la realidad.

"—Ellos retrocedieron, Oikawa. Vieron el gran poder que construimos gracias a los intensivos entrenamientos y decidieron retroceder."

Iwaizumi amaba a Oikawa, y esa era la razón por la cual le mentía.

Nunca le hablo de las muertes de ese chico con pelo extraño de Nekoma, ni de el tal Ennoshita de Karasuno. Mucho menos de que había exterminado completamente a Shiratorizawa.

Él había matado tanta gente a las espaldas de Oikawa. Pero además del poder, algo más había enloquecido a Iwaizumi. Algo que él no podía dejar de lado, algo que lo controlaba a sin que el pudiese hacer algo al respecto.

Los celos.

Iwaizumi estaba celoso, celoso de todos, porque todos habían estado con el castaño. (menos Kageyama, que por alguna razón nunca cayó a los encantos de Oikawa).

—Gracias, Oikawa. Es un honor.—dijo, mientras que una sonrisa totalmente falsa se asomaba por sus labios.

Pero Oikawa no se daba cuenta, nunca lo hacía. Porque él amaba a Iwaizumi.

———

Hinata estaba desesperado. Desesperado porque los dos hombres frente a él no le daban respuesta. Bokuto y Akaashi se encontraban discutiendo sobre algo que el pelinaranja no comprendía.

Debía encontrar a Kageyama y salir de ahí cuanto antes.

Hinata se levantó lentamente, mientras que se acercaba a lo que parecía ser una palanca que activaba la puerta que lo tenía encerrado. Con ayuda de las cuerdas que lo tenían atado, bajo la palanca y rompió las misma.

Luego de hacer esto, Hinata salió corriendo como un rayo para que ni Bokuto y Akaashi pudieran detenerlo. Aunque tampoco lo intentaron, ya que no veían al chico como una amenaza (luego de interrogarlo un poco y darse cuenta que era un simple niño que venía con un soldado).

Sus gritos de desesperación mientras buscaba a Kageyama, lo dejarían afónico al día siguiente. Pero no le importaba, solo debía encontrar al pelinegro.

Entre dar tantas vueltas en un lugar que no conocía, terminó claramente perdido sin saber a dónde ir.

—Veamos... debe haber algún mapa de este lugar—susurró Hinata, mientras que buscaba en lo que parecía ser un almacén.— ¡Bingo!

El pelinaranja agarro el gran mapa y comenzó a mirarlo con detalle. Había más de 3 salas de prisioneros, y sería difícil encontrar a Kageyama antes de que lo encontrasen. Así que sin perder tiempo, Hinata comenzó a correr buscando la primera sala, la más cercana.

Pero al entrar en ella, se dio cuenta de que todas las celdas estaban vacías. No importó cuanto buscase, estaba totalmente vacío. Luego de llevarse una decepción, decidió ir hasta la segunda sala.

No se lo esperaba, pero se encontró con el mismo escenario. Totalmente vacío, ni una mosca volaba por el lugar. Ya sin perder más tiempo, Hinata se echó a correr hacia la tercera y última sala, que se encontraba bastante lejos.

Vacío. Totalmente vacío.

El chico estaba comenzando a desesperarse. ¿Dónde estaba Kageyama? ¿Y si él siquiera estaba ahí? ¿Y si... había muerto?

Hinata salió disparado de allí, corriendo sin un rumbo específico. Debía encontrar a Kageyama y salir de ahí cuantos antes.

—¡Kageyama! ¿¡Estás ahí!?—gritó el pelinaranja más de una vez, no le importaba que todos lo miraran raro. Debía encontrar a su compañero cuanto antes.

Pero entre que corría y que su vista se había nublado (a causa de las lagrimas que no iba a admitir) se tropezó frente a lo que parecía ser la enfermería.

—¿Y ese idiota...?—una voz ronca, pero conocida salió de allí.

Hinata se levantó rápidamente y abrió la puerta con brusquedad. Sus ojos se iluminaron al ver a Kageyama con el abdomen vendado mientras trataba de soltarse de lo que parecían ser unas esposas.

—¡Kageyama!—dijo el chico, antes de tirarse sobre él.

El pelinegro lanzó un quejido, a lo que Hinata se separó soltando una risilla nerviosa.

—¿¡Eres idiota!? ¿¡No ves que estoy herido, maldita sea!?

Hinata se limpió las lágrimas disimuladamente mientras reía. Aún en ese tipo de situaciones, Kageyama siempre sería Kageyama.

—¡Gracias a dios te encontré! Debemos salir de aquí rápido.

Y otra de las razones por las cuales quería salir de allí era para proteger al pelinegro.

Bokuto y Akaashi tenían pensado acabar con él.

Ellos lo veían como una amenaza, ya que era un soldado. ¿Cambiarían de opinión al saber que ese soldado había salvado a un rebelde? Tal vez, pero no quería quedarse a averiguarlo.

—Uno; estoy esposado a la camilla. Dos; ¡Estoy herido, estúpido!

Además de el corte profundo en su abdomen, Kageyama se había torcido el pie y golpeado la cabeza. Sería difícil escapar en esas condiciones.

—Maldita sea... ¿Qué haremos, entonces?

Antes de que el pelinegro pudiera responder, ambos sintieron lo frío de la punta de un arma en sus sienes. A la vez que una risa cínica resonaba por la enfermería.

—Lo que harán será permanecer en silencio mientras los guío a la sala de interrogatorio. Cualquiera de los dos que diga una palabra será asesinado instantáneamente. Yo soy el que hago las preguntas, y ustedes los que responden. Quien se niegue a responder y él que me haga una pregunta será asesinado también.

Ambos chicos subieron la mirada hacia Akaashi, él cual los miraba con una expresión indiferente.

—Ya sabía yo que los callados y tranquilos son los más letales.

—Cállate.

———
Chanchanchannn :B quise exponer un poco sobre Oikawa y Iwaizumi, pero quería poner Hinata y a Kageyama también... así que aquí tienen su actualización <3 los amo y lo saben. LLEGAMOS A LAS 300 LECTURAS ; u ; tal vez haga un capítulo especial sobre algo. De que quisieran que sea? C: bai

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2016 ⏰

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