Carta 4/31

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Londres, nueve de noviembre, 2016

Querida Adalia:

Única y especial,
hermosa eres tú,
no sé porqué te desprecias tanto,
eres mi niña, mi luz.

Al entrar a tu casa,
un desastre encontré,
sangre en la escalera,
y dolor escuché.

Corrí hasta lo que creía
tu habitación,
me sentí como un tonto,
por no cuidarte hoy.

Golpes se avecinaban a tu pequeño cuerpo,
a tu padre me abalancé,
lo golpeé sin piedad,
inconsciente lo dejé.

Te cargué en mi brazos,
te juro no te sentía,
eres tan delgada y chiquita,
tu cuerpo parece cenizas.

A mi casa te llevé,
luego me preocupé,
tus ojos estaban cerrados,
y yo estaba llorando.

Te curé como pude,
sin embargo no despertabas,
de ese sueño profundo,
el cual te tragaba.

Al despertarte te quejaste,
y yo mismo te tranquilicé,
te dije Hola, soy Matt,
luego te abracé.

~D.B~

Querida AdaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora