UN CAMINO CON BACHES

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Aún no tenía claro cual iba ser mi destino, y todo lo que sabía era que debía adentrarme en cualquier camino que me llevara al sur. Me inquietaba no tener claridad de mi futuro, pero más me inquietaba no saber el porqué mi deseo tiraba de mi decisión sin poder hacer lo contrario.

En el camino que compartimos con Metre y Luccio, el chico me contaba anécdotas acerca de sus viajes y compartía con el grupo sus recetas de cocina más complicadas.

—Verás Kaled, <<Kaled>> —Sonaba extraño, pero a la vez familiar. ¿Alguien me habría llamado así antes? —La mayoría de las personas utilizan sólo harina y agua para lograr una hogaza de pan, pero el secreto para que dure más tiempo blanda y no termines rompiéndote los dientes, es agregarle un poco de leche de vaca recién ordeñada a la mezcla. Te aseguro que jamas comerás un pan tan blando y podrás guardarlo hasta dos semanas y seguirá como el primer día.

Aquello me sonaba más a fantasía que a una receta, pero era claro que teniendo a un cocinero entre nosotros el alimento no podría faltarnos.

En la segunda jornada de viaje Luccio no hablaba mucho, y sólo respondió algunas de mis preguntas mas complejas, considerando que mi mente quería formular más de mil.

—Luccio, se que es difícil de explicar, y peor aún para mi entenderlo, pero ¿cómo es posible que yo haya podido generar tal caos si ni siquiera se el porqué sigo vivo? —Pregunté a sabiendas de que la interrogante era tan difícil de responder como para mí de formularla correctamente.

El viejo se limitó a responder con tosca seriedad

—Kaled, hay muchas cosas que aún no entiendes o recuerdas del todo. El terror de quienes te confinaron al cautiverio tiene su origen en la venganza. Tu no eres un ser humano normal. Ni siquiera eres un ser humano después de todo.

>>Eres portador de la semilla del mundo, eres fundador del primer pueblo, eres carne de los primeros hombres. A diferencia de tus hermanos, tu función en el mantenimiento del equilibrio era algo más compleja.

>>Hace unos días te relaté de manera sencilla el motivo por el cual se originó la cacería. Ahora lo contaré un poco más en detalle pero aún quedaré en deuda con tu curiosidad.

El viejo tomó con más seguridad las riendas de su caballo y comenzó el relato. El subir y bajar de su cuerpo a causa del galope me distraía de su narración, pero de a poco fui enraizando mi concentración a la zona de su cabeza. En mi defensa puedo argumentar que me encontraba demasiado agotado para estar en todas mis capacidades.

—Cuando el creador formó la primera tribu, la creó con cinco representantes de las cinco acciones del equilibrio, más un supervisor: Olkan el sabio, Malar el deseoso, Silan el terrenal, Ilvan la progenitora, Vulken el depredador y tú, Kaled, el infinito.

>>Cada uno tenía funciones específicas según cuentan los relatos más antiguos, pero sólo tú tenías el papel más importante en estas acciones, y como tu nombre lo indicaba, tú debías velar por la eternidad que estas acciones siempre se mantuvieran funcionando; porque tú eras el guardián del equilibrio y así el creador lo había ordenado.

>>El primer milenio Ilvan se encargó de poblar la que en ese entonces era una verde tierra. Se crearon los primeros hombres y se les encargó por mandato de Olkan la adoración al creador de manera que siempre se recordara el amor hacia Él.

>>El trabajo de Malar era algo ingrato, y se basaba en dar al mundo el deseo de vivir, de seguir, de amar, de creer, de forjar y de matar. Esto último no agradaba a sus hermanos, quienes lo veían siempre con una sombra en sus ojos, deseoso de tener lo que no se le había dado.

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