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Es difícil amar cuando sientes que no eres amado, es difícil ser tu mismo cuando tienes miedo de ser juzgado, es difícil sobrevivir a este mundo lleno de expectativas, de falsas esperanzas, de corazones rotos y de maldad sin fin, pero, se que hay algo, alguien, que me puede salvar, que me puede hacer sentir yo travez que me puede hacer sentir viva, feliz, amada pero lo más importante en paz.

Era una niña, una niña inocente no sabía lo que estaba bien o mal, estaba confundida. No sabía lo que era el amor, no sabía cuanto te podía afectar una burla hasta que vez los daños a largo plazo.

Era un Domingo soleado y el día parecía ir de maravilla, recuerdo ver a mis padres y mis hermanos recogiendo fruta en el árbol de naranjos en el patio de mi abuelo. Mi abuelita falleció cuando yo tenía 6 años. Solo hay vagos recuerdos de ella por mi mente y la extraño. Hay veces que la puedo sentir abrazándome, mis brazos se adormecen y por un breve instante mi corazón se de tiene y la escucho decirme "Pronto mi niña". Desde ese entonces mi abuelito no a estado con nadie, el resto de la semana el está solo exceptuando los domingo. Faltaban dos semanas de mi cumpleaños numero 9 estaba super emocionada porque yo amo los regalos y me estaba preguntando que quería de cumpleaños mientras me abrazaba y me decía quieres "¿Quieres un reloj?, ¿Una muñeca? estaba por decir lo que decía hasta que empiezo a sentí sus manos subiendo por mis piernas asta llegar a mi parte intima, ese día llevaba una falda morada hasta las rodillas. Yo no sabía lo que estaba pasando, pensé que era algo normal veía a mis papas a través de la ventana esperando a que voltearan, aun que me vieran y reaccionaran porque yo no sabía que hacer, por Dios, ¡Estaba sola! ¡Era una niña de 8 años pensando que solo era una muestra de cariño! Sus manos empezaron ir más allá de solo las partes intimas, subían hasta llegar a mi pecho y yo cada vez me sentía más incomoda. Entonces de un momento a otro retira sus manos y entra mi hermana por la blanca puerta que rechina seguida de mis padres. El no dijo nada, actuó como si nada pasó lo peor de todo es que yo también. No creí que esta situación me fuera a afectar hasta el día de hoy. Pasaron dos años, y llego el día. Fue el día en el que mis padres decidieron traer a mi abuelo a vivir con nosotros. Yo no quería cada domingo era lo mismo, verlo e incomodarme al saludarlo, sentirme asustada con miedo de volver a estar sola y que nadie me pueda salvar de algo peor. Me duele saber que por mi culpa todo terminó mal, escuchaba hablar a mis padres sobre que estarían más tranquilos porque si salían, mi abuelo nos podía cuidar y entonces unas ganas de llorar, y de profunda tristeza me invadieron, miedo de que a mi hermana le pase lo mismo ya que no quería que sintiera lo que yo sentí, no quería que sufriera por algo que podía evitar. Entonces lo hicé, hablé con mis padres. Mi mamá empezó a llorar y me dijo que ¿Por qué no le había dicho antes?. Mi papá estaba completamente decepcionado de su padre, de mi abuelo y me sentía culpable ya que tal vez si no hubiera dicho nada le hubiera evitado ese sentimiento a mis padres, pero si me hubiera quedado callada, mi hermana sufriría en silencio.

Todos dicen que pasando la tormenta sale el sol, pero realmente hay veces que la tormenta sigue, no se va, se vuelve más y más fuerte, te envuelve y te llena por completo haciéndote cada vez sea más difícil respirar. Mi familia se dividió, cuando se sumó la verdad mi abuelo negó todo y mi madrina le hecho la culpa a mi madre diciendo que ella inventó todo. Cuando yo me enteré de esto entre en crisis. Estaba preocupada, desorientada, confundida.

El tiempo pasó, nada quedo en el olvidó. Yo intento hacerme creer que lo superé y que todo esta bien. Al menos es lo que mis padres creen. Ellos están bien, se sienten bien, todo está perfecto, entonces, ¿por qué no fingir que yo también lo estoy?.

Durante toda mi infancia era una víctima del bullying, pero el que más me afecto fue el de dos niños, dos niños que eran muy importantes para mí. Ellos deformaron mi vida, me tramaron me hicieron creer cosas de mi misma que en estos tiempos ya no puedo arreglar. Cuando empiezas a escuchar todo el tiempo que estas gorda, que estás obesa, que eres una ballena, una cerda, que eres fea, que eres una chica de cuatro letras o el sentimiento de decepcionar a todos los que te rodean te lo crees y más cuando también viene de tu familia.

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