Querido diario.

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Es genial hablar con alguien quien te entienda, que no te juzgue, ni te aconseje, pero que haya pasado lo mismo que tu y no necesitar hablar para entenderse, y que el silencio no lo haga incomodo. Es literalmente de los mejores momentos de la vida. Encontrar a personas llenas, no huecas. Llenas de sentimiento, pasión. 

Si vemos nuestras vidas a perspectiva, nos podemos dar cuenta que a los 16 años de edad o aproximadamente a esa edad no importa o no vale la pena algún chico o chica por el cual nos guste si lo comparamos, con que un hermano tiene cáncer o con que puedes tener diabetes, o que te quieres suicidar constantemente. Nadie afuera de ti y tu familia es más importante. Pero sobre todo tú, no tienes que depender de los demás sino de ti mismo. 

La vida no es bella, si no tienes el deseo de vivirla. La vida no es bella si no te arriesgas. ¿Por qué la gente tiene que esperar a estar enferma, o a punto de morir para empezar a vivir? ¿Qué nos está pasando? Todos pasamos por momentos horribles, pero nosotros decidimos si nos afecta o no. Nuestro futuro depende de las acciones que hagamos cada día.