Capítulo 10.

7 2 0
                                    

Abrí mis ojos cuando de repente vi el rostro de Tomás a milímetros. De un susto me levanté y desperté sin querer a Ana.

-¿Que te pasa?- Pregunta preocupado y acariciando mi brazo.

- He tenido un sueño...he soñado con Tomás. Pero pensaba que era real, que estaba aquí, en nuestra habitación.- Digo asustada por el pánico.

-Ese tío te tiene acosada Sara, cuando se haga de día vamos a ir a la comisaría, a denunciarlo. -Me contesta con seguridad arropándose los hombros con la manta.

-No, no hagamos eso- contesto con los ojos como platos.

- ¿Quieres que ese tipo siga asustándote? Yo no lo voy a consentir eres mi mejor amiga. - Prosigue.- Además, ¿por qué sueñas eso? Es imposible que haya podido estar aquí ahora, es un sueño. Pero igualmente no lo hubiera dejado pasar a nuestro cuarto, le cortaría las pelotas y estuve a punto de hacerlo ayer cuando tuvo intenciones de hacerte algo.

-Intentó besarme.- Respondo con firmeza.

- ¿Besarte..?- Pregunta muy sorprendida con la boca abierta.

Le agarro el mentón y le cierro la mandíbula.

-Te va a entrar una mosca.- digo riéndome.

-Osea, que yo interrumpí ese momento. - dice pensativa. - Si yo no hubiera entrado, te hubiera metido la lengua hasta la campanilla.

-¡Cállate tonta!.- le grito con mi rostro cambiado de color.

Empieza a reírse.

-Me muero de ganas por saber como besa. Me da curiosidad en un tipo así, es tan extraño y peligroso. Como los típicos malotes que salen en las películas tipo vampíricas, esos...esos si que besan bien.

- No me importa como besa.- Le interrumpo mintiéndole.

Vale, sí. Me moría de ganas yo también por saber como besaba Tomás, pero si fuese un chico normal yo ya hubiera caído rendida a sus pies. Pero es extraño, peligroso, tiene otras intenciones conmigo y sé que intenta ganarme en otro sentido y no sé para qué y por qué.

-¡Já, mientes!- Señala mi rostro gritando a carcajadas.

-Bueno, bueno...vamos a dormir Ana! Es tarde y se nos ha ido el santo al cielo hablando de tonterías.- Le respondo evadiéndome del tema.

Apago la luz de la lamparita de la mesita de noche y Ana antes de apoyar su cabeza en la almohada le da golpecitos. Se sujeta el cabello y finalmente dice.

-Pero que sepas que por mucho que lo niegues y por mucho miedo que te dé Tomás, te gusta. -Dice dándome la espalda.

Me quedé observando la oscuridad durante media hora, pensando en la charla que había tenido con Ana...
y en Tomás.

Él me estaba echando una especie de conjuro o maleficio para hacerme caer en sus maléficas redes.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 10, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El sueño premonitorio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora