← Primera parte →
Dejo caer su espada al suelo cuando sintió como otra era sacada de manera abrupta de su espalda, justo a la altura de su cadera, pronto la sangre empezó a deslizarse fuera de su armadura de plata abollada y algo raspadas por los múltiples combates que había tenido.
Miro a su alrededor y solo pudo notar como los cuerpos de sus compañeros yacían sobre el suelo, inmóviles, pronto los cuervos y animales carroñeros vendrían a devorar su carne. Movió un poco su cabeza y de reojo pudo notar como esa misma espada se alzaba nuevamente para terminar con su vida de una vez por todas pero, la muerte no llego, solo llego una flecha que atravesó el corazón de ese enemigo, matándolo al instante. Seguidamente empezó a oír una voz que gritaba con dolor y desgarro su nombre.
— ¡Shadow! — Grito una joven y hermosa mujer que llevaba un vestido azul agua, llevaba una tiara que brillaba con la poca luz del atardecer que aun quedaba. Pronto llego hasta su lado y se arrodillo hasta quedar a su altura, haciendo que apoyara su cabeza sobre sus piernas, manchando así el vestido de sangre.
— Shadow por favor resiste. — Pidió la eriza mientras acariciaba de manera lenta su cabeza.
— Ojala pudiera garantizarle eso majestad — Respondió él mientras llevaba una de sus manos cubiertas por los guantes hasta la mejilla de la eriza, tenia los ojos llorosos al igual que él. — Ni siquiera debería estar aquí, es peligroso Amy.
— ¡No me importa! — Exclamo la mencionada mientras que las lágrimas empezaban a deslizarse por su rostro, ya un charco de sangre de gran tamaño los rodeaba a ambos, toda esta perteneciente del mayor. — Todo esto fue estúpido, ¿Por qué deben pelear? Miren todas las vidas que se perdieron, ¿¡Por qué no simplemente me entregaron y-
— ¡No podíamos permitir eso Amy, si te llevaban ellos te matarían! — Respondió, en voz alta interrumpiendo a la eriza, esta sólo abrió los ojos con sorpresa. — Yo sabia cuales eran sus planes desde el principio porque los escuche a escondidas, su cara de bueno era solo una fachada Amy, en cuanto te convirtiera en su esposa y se fuera del reino él te mataría, no podía permitir eso. — Volvió a repetir mientras su pecho subía y bajaba agitado por hablar tanto tiempo, eso solo había adelantado lo inevitable para él.
Un silencio los abrazo a ambos. Uno muy pesado, podías oír las banderas desgarradas silbar y ondear por el viento, como el graznar de los cuervos lejanos que advertía de su llegada al campo. Pero, fue interrumpido por los intentos del erizo por seguir respirando, la sangre ahora se estaba colando por su garganta.
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Shadamy's
FanfictionY eh aquí, uno recopilatorio de todas mis historias shadamys que no les encontraba futuro de manera individual. Son diferentes historias, cada una en su respectiva realidad. ------------