24 de abril de 1975

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Convencimos a mamá y a papá de que fueran por las despensas y al aceptar ellos supimos que tendríamos el camino libre, esperamos a que no estuvieran y decidimos subir, tomamos una lámpara y una cámara fotográfica para guardar recuerdos de esa habitación que tanto ansiamos ver.

Llegamos al pasillo que era oscuro y con tan solo verlo fijamente se podían apreciar rostros en las paredes, John me había dicho que no deberíamos subir porque tenía una sensación de inseguridad como si algo arriba esperara por nosotros, lo reté a subir conmigo, al principio no quiso, pero después de insistirle mucho subimos, mamá me mentía con que era muy oscuro, caminamos hasta ver la puerta de la habitación, había pisado algo, era sangre, pero aún así no cedí, la puerta tenía marcas de uñas y sangre, además de tener escrito:

"No hay vuelta atrás... La marca de la hora del fin... El reloj se detuvo en la hora en que nuestra esperanza murió... No somos más que sombras en un abismo de él que no saldremos".

El texto parecía como escrito hace años, no estaba seguro si abrir la puerta o volver... Una vez más la curiosidad gano, abrí la puerta lentamente, ilumine el camino porque era como caminar con los ojos cerrados, la puerta se cerró fuertemente y note que las paredes no eran de madera, eran grises con manchas negras en ellas, jamás pensé encontrar dentro cuerpos desmembrados y en putrefacción, sentí un enorme asco y terror al ver la masacre, era el peor trauma que pude tener, en las esquinas había una clase de moho negro, cada paso era una tortura ya que el miedo se apoderó de nosotros pero aún así seguimos. Había otra puerta, esta aún más vieja y con pequeños orificios en ella, las manchas negras y el moho negro no estaban ausentes, John se adelanto y abrió la puerta; una habitación igual a la anterior pero sin cadaveres. Encontramos algo, una persona que estaba en una esquina, sentada, me asusté y cerré la puerta, pero John quería verla, así que abrió la puerta, sacó la cámara fotográfica para capturar una imagen de lo que ahí se encontraba, pero no esperaba que eso estuviera de pie al abrir la puerta, cerramos esta, sentímos un miedo que nos dejaba casi helados, corrimos, pero la desgracia fue que la puerta se cerró, de la nada, cadaveres se acercaban a nosotros, empezaban a arrastrarse mientras gemían con una voz grave, la lámpara se apago, John comenzó a gritar por el temor, intentamos derribar la puerta con golpes y empujones, a la larga la abrimos y la lámpara empezó a encender, los muertos habían desaparecido, le dije a John:

-"Ven no te quedes atrás".

Corrimos y no acababan las habitaciones, tan solo fueron 2 habitaciones y parecían que no tenían fin, es como si hubiéramos entrado a un laberinto. La iluminación empezó entre cortarse y más miedo sentía, recuerdo también que cuando sentíamos que llegábamos la luz se apagó completamente, quedamos más o menos 5 minutos en la penumbra, la luz se encendió pero por un segundos mostrando una cara con cuerpos atrás de esta, los cuerpos mostraban señales de una muerte brutal, jamás podré borrarlo de mi mente, la imagen era muy perturbadora, el susto me obligó a correr y dejar a mi hermano menor atrás, baje las escaleras, al mirar el pasillo me sentí mejor, llegué hasta la entrada y mi padre entro con una mirada de odio y mi madre sollozaba agitadamente, les dije que entre en la habitación, les conté de los cuerpos, de las persona de arriba y también les dije sobre que dejé a John, pero no mostraron preocupación alguna, me enviaron a mi habitación, me recosté y cerré los ojos, tratando de olvidar lo que fue la peor experiencia de mi vida.

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