Grell abre la boca para responder algo, pero está tan atónito que no se le ocurre nada, por lo que la cierra de nuevo.
—U-uh...— balbucea, su mente corriendo para encontrar algo que decir.
Había sido descubierto. Nunca había pensado en qué haría si alguna vez llegaba a suceder, ¿quién lo desmentiría? Pero un híbrido entre vampiro y demonio, un hijo de Liss, no había estado en sus planes.
—¡No le digas esto a nadie!— exclama, comenzando a desesperarse.
El pelinegro arquea una ceja.
—¿Por qué no lo haría?— pregunta.
El menor vuelve a boquear por unos momentos, hasta que una idea llega a su mente, un recuerdo. Cierra los ojos, concentrándose en su cuerpo, y éste comienza a cambiar. Se vuelve aún más delgado y bajito, su cabello se vuelve corto y de un oscuro gris azulado, y sus ojos cambian a un color azul zafiro. Sus dientes se normalizan y sus facciones se moldean hasta quedar igual al modelo que estaba intentando recrear.
—P-por favor...—dice en la voz del menor de los Phantomhive— no lo hagas— implora, tomando el frente de la camisa del vampiro, y apoya su frente en su abdomen. Añade un pequeño sollozo y un temblor en las manos—. Haré... lo que sea.
El mayor lo ve con los ojos muy abiertos. No podía ser... pero sí era. No sabía qué hacer.
Entonces el súcubo lo mira con sus grandes ojos azules, rogando con su mirada humedecida por lágrimas no derramadas y un labio inferior tembloroso.
—Por favor, Se-Sebastian— repite—. Pídeme lo que quieras...
El pelinegro se queda quieto, viendo los ojos de su pareja –no, no era su pareja, pero era una copia exacta–, con la boca ligeramente abierta. De alguna manera, el súcubo había logrado replicar su aroma, y eso lo estaba volviendo loco.
Entonces, más por instinto que por quererlo racionalmente, lo toma en brazos y lo besa con fiereza. Últimamente casi no había tenido tiempo de estar cerca del muchacho de la manera que le gustaría debido a la cercanía constante del padre de éste, y su necesidad se hacía cada vez más apremiante.
El peliazul gime en su boca, rodeándole el cuello con los brazos, y el vampiro jadea, sintiendo sus pantalones apretarse a cada momento. Su lengua invade la boca del menor, y la de éste sale a jugar con ella, comenzando una húmeda batalla.
Las manos del vampiro bajan por el cuerpo del menor, y toman el camisón, tirando de éste hacia arriba lo suficiente como para exponer su mitad inferior. Acaricia las piernas del ojiazul hasta llegar a su trasero, el cual aprieta, sacándole al otro un gemido bajo. Sus piernas desnudas se enrollan alrededor de su cintura, presionando su entrepierna contra el bulto del otro.
—Creo...— habla el pelinegro, con la voz algo ronca— que es obvio lo que quiero.
El otro lame sus labios lentamente y sonríe apenas.
—Entonces sólo tómalo— murmura contra los labios de Michaelis.
Y no puede negar que sintió algo de verdadera excitación cuando fue arrojado bruscamente sobre un sofá antes de que el vampiro se le colocara encima con una expresión hambrienta.
~•~•~•~•~
Ambos jadean, sus cuerpos cubiertos por ligeras capas de sudor mientras se recuperan del reciente orgasmo. Por unos letárgicos momentos todo parece normal, pero entonces el azabache se separa rápidamente, quitándose de encima del cuerpo más pequeño.
—No puede ser...— bufa, alejándose del sofá y pasándose las manos por el rostro— No puedo creer que me hayas engañado— gruñe.
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Su presa, su pareja. [UndertakerxWilliamxGrell/Undergrelliam]
FanfictionGrell Sutcliff es el torpe y desastroso mayordomo de Katherina Blackwood, una joven aristócrata que es invitada a una fiesta en la oscura mansión Crevan. Allí descubrirá que las historias de vampiros y criaturas sobrenaturales como los demonios son...