Jack. ¿Dónde se quedó en el momento en que decidió dejar a Max en el salón?
Bueno, nuestro pelirrojo fue al vestidor de chicos, donde decidió remojarse la cabeza para enfriarla.
Se sintió horrible, ¿cómo pudo dejar a la persona que más amaba de esa manera?
Aún peor, ¿cómo pudo atreverse a darle un manotazo? ¡¿Cómo?! Era una persona horrible que había llevado muy lejos su deseo por no 'dañarlo', tanto que irónicamente lo había hecho.
Jack parecía haber salido de la ducha, envolvió su cabello con una toalla y se recostó sobre una banca mirando a la nada, teniendo unas inmensas ganas de llorar.
"Demonios" se maldijo por tener que llorar cuando había terminado de mojar su cabeza.
-¡Jack eres un imbécil! - se gritó. Se levantó rápido quedando sentado, con su antebrazo enjuagó las lagrimas que salían - ¿cómo pude hacer eso? Ya no puedo soportar estar lejos de él.
Se levantó. Se miró en un espejo y se retiró la toalla que tenía en el pelo.
-Tengo que aclarar esto con él. Debe pensar que lo odio o algo así - se quedó pensando un momento - ¿y si... Él me odia ahora? - las lágrimas volvieron - ¡Noo! No podría soportarlo - chilló como un niño pequeño - esta vez seguro sí muero de soledad - pareciera que era una adolescente de una novela dramática.
Se limpió los ojos y miró su reflejo con un brillo de decisión, frunció levemente el ceño y se dijo "Hablaré con Max".
Cuando regresó a su salón había pasado ya una sesión. Y se desilusionó al ver que Max no estaba en ninguna parte, pensó que llegaría en cualquier momento.
Su preocupación aumentó cuando no llegó en toda la clase.
"Esto es mi culpa" se decía.
Así que con un deje de preocupación en su interior se encaminó cabizbajo a la siguiente clase. Cuando llegó se sentó en donde la profesora Quentin le dijo que se quedaría como castigo -pero esa es otra historia- y miró a la ventana para distraerse.
Hasta que sintió una mirada sobre él.
Volteo como por inercia y se topó con esos ojos café marrón que estaban de alguna manera cansados, eso debió ser su culpa. Se alegró tanto de verlo que sus ojos brillaron.
Pero todo se esfumó en el momento en que Max apartó la mirada apenas hizo contacto con sus ojos.
Se sintió ignorado, no iba a culparlo. Él había causado aquello. Y ahora debía remediarlo.
Pasó toda la clase en silencio sintiéndose culpable por haber tratado a Max así. Y éste no volvió a mirarlo. Eso dolía, quería que lo viera aunque sea un poco, aunque sabía que no tenía derecho a pedirlo después de haberlo ignorado y evitado durante dos semanas.
Al terminar la clase cada uno se levantó de su asiento. Max dispuesto a irse lo antes posible y Jack a hablarle y arreglar el feo mal entendido.
Pero se detuvieron al escuchar sus nombres en el altavoz.
"Max West y Jack Renald a la oficina del director" Fue lo que se escuchó.
Ambos se sorprendieron por tal noticia. No era común que los llamaran y menos que los llamaran juntos.
Después del anuncio dieron una mirada rápida al otro. Max la quito con desgana, Jack sólo siguió sus movimientos con la mirada, después suspiró y decidió empezar a caminar.
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.-Muy bien, ¿saben los dos por qué están aquí? - comentó un señor de edad avanzada con una voz grave y firme.