Déjate cazar (Cancelada)

Capítulo 3

Me faltaba el aire en el cuerpo, mis respiraciones se hacían mas profundas para sentir que el aire me inundaba, aunque después de una hora corriendo sin parar era algo normal, pero mis motivos me hacían avanzar mas y mas, quiero ser mas fuerte para poder enfrentar lo que se viene por delante... Y eso implica un poco de sufrimiento.

Todo este tiempo solo e tenido una cosa en mi cabeza, no era mas ni menos que el, su mirada de dos colores que por alguna razón me encantaba demasiado. El era mi pensamiento las veinticuatro horas del día, no lo sacaba por mas que intentara y mi corazón latía a mil por el aun sabiendo que era un cazador, un maldito traidor que esta con el enemigo... Odio no poder controlar mis instintos lobunos, de todos los mates del mundo me tubo que tocar el, alguien que no se como va a reaccionar en ningún momento.

¿Podría delatarme? Ya nos traiciono siendo del enemigo, quien sabe si vendería a su mate por el mero echo de que le gusta traicionar, es puro misterio para mi esa persona, pero seria mejor no jugar al detective con el...

Pare en seco de correr delante de mi casa, al fin había llegado, no podía mas  con mi vida. Estaba bastante acostumbrada a ser la mimada de papa, por eso nunca entre lo suficiente, nunca dejo que me tocaran, nunca dejo que me hiriera y saber que de buenas a primeras me toca ser fuerte se hace duro. No dejare que me vuelva a tocar ese monstruo de bella sonrisa arrogante... No podía dejarme cazar por el, esto no es un juego en el que ahí que atrapar a la presa.

Al entrar a casa me metí en la ducha, la necesitaba por lo sudada que estaba, necesitaba sentir como el agua caía por mi piel desnuda y me refrescaba. Era una sensación demasiado placentera, cerré los ojos para relajarme bajo el agua, me cubría todo el cuerpo, y de un momento a otro acabe  sumergida en mis pensamientos. De nuevo estaba el de vuelta, maldije por lo bajo este sentimiento, pero por suerte el teléfono sonó para sacarme de mis pensamientos, salí de la ducha y me envolví en la toalla roja que usaba para secarme, corrí hasta el móvil y lo descolgué mirando que quien llamaba era Beth.

-¡Iryna!¡Iryna!¡IRYNA!-Ya esta de nuevo Beth reventándome el tímpano con sus sonoros gritos emocionados.-Mi fiesta sera al final mañana, va a ser de disfraces. Así que mas te vale ponerte un disfraz sexy si no quieres que acabe contigo señorita.-Sabia que aquí no acababan sus palabras.-¡Sexo, drogas y alcohol nena!Bueno puede que drogas no, pero sexo y alcohol a montones. Aunque puede que sexo tampoco... Al menos para ti santurrona calienta paquetes.

-!No soy una calienta paquetes¡ Es solo... que no encuentro el adecuado, pero nunca esta de mas bailar dándolo todo ¿Imagínate que el tío me acaba gustando? Todo es probar.-En realidad no era así, yo quería una historia de amor como la de mi madre, que fuera encontrar a mi mate y fuera el primero en todo, pero por desgracia eso no podía ser. Aunque eso me dejaba ahora libre para hacer lo que quisiera y encontrar a otro entre toda la gente, sabia que mi mate seria imposible de tener.

-Bueno te tengo que dejar Iryna, tengo que preparar una fiesta... Mañana a las siete. acuérdate y mas te vale estar pronto, tengo una sorpresa para ti.-La escuche reír por lo bajo y antes de yo decir algo colgó. Aun me pregunto como esta burra puede ser mi mejor amiga...

Volví a la ducha para enjabonarme, mejor no pensar en que tiene preparado la loca esta, nada bueno seguro viniendo de ella.

Cuando acabe de ducharme me puse en camino a mi armario, sacando de el mi pijama rojo que consistía en un pequeño pantalón con una camiseta de tirantes, eran la par de cómodos para dormir. Hice una rápida ojeada mas dentro del armario, localizando a si mi disfraz de gato negro, era demasiado provocador, pero ¿A quien le importa? Ahora soy libre y mañana lo daré todo de mi.

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La fiesta estaba llena de gente, no mentiría si digo que hay alrededor de doscientas personas. Desde luego cuando Beth monta algo lo hace a lo grande, pero lo que mejor hace es poner una barra de bebidas con camarero, la divise al fondo de la sala y me dirigí hacia ella en busca de una bebida.