Dylmas ~ Amor en el rodaje

Capítulo 27

Dylan P.O.V
Dylan... Había dicho Dylan... Me había reconocido... No sabía qué hacer, lo único que sabía era que estaba llorando y que Tommy también.
Sin pensarlo más, corrí hacia Tom y le abrace como llevaba queriéndolo hacer desde que despertó, y suspiré aliviado cuando él me devolvió el abrazo con la misma fuerza. No puedo decir cuánto tiempo estuvimos así, pero no deseaba que se acabara nunca.
Cuando nos separamos vimos los ojos alegres de Kaya y Will, y la mirada celosa de Ki. Lo que yo no sabía era si Thomas se acordaba de toda nuestra historia. Lo miré, y él ya me estaba mirando, con los ojos llenos de amor. Me cogió de la mano y habló:
-Dyl... Me he acordado de todo, de todo lo que ha pasado entre tú y yo... De la primera vez que te vi, de cuando me empezaste a gustar, de cuando empezamos a salir, de cuando cortamos... De absolutamente todo- me miró a mí y a todos antes de seguir, tragó saliva fuertemente y continuó- Dylan, yo aún te quiero, te quiero muchísimo, a nada más en este mundo, y quiero estar contigo. Lo siento porque cuando me desperté no me acordaba de ti, pero eso no significa que no te quiera. Por favor, perdóname, déjame estar contigo.
Para este momento, ambos estábamos llorando.
Yo no vi la necesidad de contestar con palabras, sólo le abrace y le bese. Ambos sonreímos en el beso.
Todo iba bien hasta que...
-Thomas, tú estás conmigo- dijo un enfadado Ki.
Thomas lo miró, y suspiró.
-Ki, cuando digo que me he acordado de todo, también me he acordado de que tú y yo en ese momento no estábamos juntos. Me mentiste.
Ki no dijo nada, solo salió llorando de la habitación.
-Voy a hablar con el- me dio un corto beso en los labios y salió corriendo en busca de Ki.
Cuando salió, tanto Will y Kaya se acercaron a abrazarme.
Thomas P.O.V
Estaba buscando a Ki por todas partes sin encontrarlo, hasta que se me ocurrió y al baño. Lo vi allí sentado, apoyado contra la pared, llorando.
Me acerqué lentamente y lo abracé.
-Ki, lo siento muchísimo. Sabes que te quiero un montón, pero no de esa manera.
Me dolió mucho ver cómo levanto la cabeza lentamente, mirándome con los ojos rojos, llorosos y una mirada completamente rota.
-Lo sé, y te entiendo, solo quiero que seas feliz. Pero no me apartes de tu vida, por favor.
-Eso nunca. 
Lo volví a abrazar y nos quedamos así unos cuantos minutos.
Sonreí por el interior, al final todo volvía a estar bien.