Nuestro acuerdo

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¡IDIOTA ! , ¿cree que por unos billetes seré de su propiedad? es igual a David , a mi padre, creen que el dinero puede volverte el dueño de alguien , convertirte en un objeto , me acuesto en la cama tomó la almohada la colocó en mi rostro y grito hasta que me arde la garganta , necesito sacar todo y esto siempre ayuda , no se por cuanto tiempo más lo hago, hasta que escucho la puerta a Meg llamando, no sé si deba abrirle sé que ella no me ha hecho nada, pero siempre el estar enojada  saca lo peor de mi y no quiero desquitarme con ella , así que respiro y sé que pasara  toda la noche frente a esa puerta  si no le abro, me levanto para dejarla pasar.

—Tú esposo es un idiota —Meg me abraza

—Eso lo tengo muy claro—

—Como se atreve a llamarte así —

—En cierta parte tiene la razón, así me conoció—

—Por dios Sav  tu carrera de prostituta fue tan corta, es más ni la iniciaste —

—Tú y yo lo sabemos, él no, además no me importa que piense de mí —

—Claro que te importa , te conozco si no te importará no estarías ahora aquí en esta habitación —

—Me importa por el hecho de que no me gusta que quiera comprarme como si fuera un objeto —

—Te entiendo pero por ahora olvidemos esto y veamos una peli ¿puedo dormir contigo?—

—Solo espero que esto termine pronto, tomemos mucha comida de esa cocina y veamos películas toda la noche —

—Así se habla—

Pasamos toda la noche viendo  películas en la gran pantalla de la habitación, Meg se encargó de ir a la cocina trajo prácticamente todo lo que encontró chocolate , palomitas, pan , fruta , queso, galletas y ¿por qué no ?conociendola una botella de vino no podía faltar, reímos , lloramos ,gritamos y no me importó que a "mi marido " no le gustará lo que hacíamos él tendría que soportarme hasta firmar el divorcio y yo pensaba sacar un poco de provecho de esto y relajarme .

A la mañana siguiente unos golpes en la puerta me hicieron levantarme , creo que no debí comer tantas golosinas, sentía que toda esa comida podía regresar por donde llegó , pero aún así me levante y abrí la puerta . Frente a ella estaba Alessandro vestido con un elegante traje a la  medida color negro,camisa blanca y una corbata negra con rayas blancas , debería ser delito que alguien se vea tan bien a esta hora , las alarmas se prendieron en mi cabeza reprendiéndome recuerda que él es un idiota e insencible, si sería mejor no olvidarlo por más ardiente que se viera.

—Te espero en treinta minutos en mi oficina , el chofer te espera abajo—el tono de sus voz era bajo pero aún así sonaba tan autoritario

—Buenos días para ti también, ¿algo más que desee el señor? —

—No llegues tarde y arréglate espero luzcas mejor  —dice señalando con un dedo mi atuendo , por qué claro traía la misma ropa del día anterior y mi cabello me imagino estará hecho un embrollo

—Idiota —dije dando me la vuelta para cerrar la puerta

—Te escuche —

—Esa era la idea— grite junto a la puerta observando cómo se alejaba de mal humor

—Niña malcriada, pero si eso me ganó por salir con él estupido de Fabián .....— podía escucharlo mientras bajaba la escalera hasta que su voz se hizo más y más lejana.

Desperté a Meg que estaba tirada aún lado de la cama ¿cómo llegó ahí? , se dirigió a su cuarto para arreglarse en tiempo récord ambas estábamos bañadas , vestidas y maquilladas , decidí ponerme algo sencillo mis pantalones rotos y una playera que me quedaba grande en negro nada mejor que ese color, para mí el más seguro no era llamativo era discreto y por eso me gusta . Meg al contrario se había vestido con una hermosa falda de lápiz negra  y una camisa blanca , se veía tan formal cualquiera pensaría que si es mi abogada .

Sálvame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora