capitulo 27

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Alexander sonrió satisfecho, mientras observaba como aron se iba alejando hacia la oficina del director. Aimé me miro con odio y supe ahí, que la venganza llegaría tarde o temprano. Se fue con su grupo de amigas afuera de la cafetería. Alexander volteo a verme, la preocupación reflejada en sus ojos.

-¿Estas bien? Lamento no haber podido llegar antes.

-Si.....Estoy bien...-murmure por lo bajo.

Joshep apareció a su lado sonriendo.

-El es idiota de nacimiento.

-Oh, ¿En serio? No me había dado cuenta-dijo Chris sarcásticamente.

-¿Quieres terminar de comer para irnos?-me pregunto Alexander, omitiendo los comentarios de sus amigos.

-Está bien.

(.....)

Luego de las clases, guarde algunos libros para poder estudiar para el examen que tenia mañana de biología y fui junto con Alexander hasta su auto para poder irnos a casa.

Una vez allí, el me tomo de la mano y entramos, siendo recibidos por Sr. Tuko, quien maullaba y se restregaba en nuestras piernas, agitando la punta de su cola en alto. El ambiente se lleno de las risas de Sofía, quien corría siguiendo a Sr. Tuko. El gato la miro y comenzó a correr, mientras seguía maullando.

-¡Sr, Tuko! ¡Regresa!- Sofía grito, con una sonrisa plantada en su rostro.

Cuando paso frente a nosotros, Alexander la agarro entre sus brazos y la alzo sobre su cabeza. Sofía grito por la sorpresa.

-¡Alexander, Déjame!

-Deja al pobre gato-rio.

Sonreí viendo la escena familiar desconocida para mí. Los maullidos volvieron, cada vez más cerca, sentí como la bola de pelos clavo las garras en mis jeans y comenzaba a trepar por allí. Reí, mientras Sr. Tuko continuaba su recorrido por mi pierna.

Alexander dejo a Sofía sobre su espalda, haciendo que sus finas y pequeñas piernas abrazaran su torso. Sofía rio al ver al gato llegando por mi vientre y comenzando a trepar por mi abrigo. Yo no sabía qué hacer, solo reía nerviosa.

-¡Gato malo! ¡Déjala!-gruño Alexander.

-Quiero ver hasta dónde llega- lo contradijo su hermana.

Sr. Tuko llego hasta mis brazos, acurrucándose y escondiéndose entre ellos, ronroneando.

Acaricie temerosa su lomo, mientras este se arqueaba sobre mi mano. Sofía aplaudió a gusto.

-Un día lo encontraremos plantado al techo.

La voz de Sofía resonó en la sala, mientras salía de la cocina secándose las manos con un paño, sonriendo.

-Trepo la pared de la alfombra que hay en la biblioteca. No se podía bajar y gritaba como loco. ¿Verdad, Sofía?

-Si. Papa tuvo que subirse a una silla para sacarlo.

Alexander la bajo, poniendo sus pies devuelta al suelo.

-¿Tienen una biblioteca aquí?- pregunte. Jamás había visto la casa completamente.

-Si. ¿Te gustaría verla?-me preguntan ella.

Asentí con la cabeza sin vacilar.

-Alexander, ¿Por qué no llevas?

-Claro. Ve a dejar tu mochila a tu habitación.

-Vale.

Subí las escaleras y deje la mochila sobre mi cama, aun sin soltar a Sr. Tuko. Alexander estaba fuera, en el pasillo, esperándome.

-Es por aquí- señalo hacia otra escalera para ir a la planta superior. Lo seguí, observando cada rincón desconocido.

El me guio hacia una puerta doble en madera tallada. Sr. Tuko ronroneaba y aquel sonido resonaba por todos los pasillos del tercer piso de la casa.

Alexander las abrió y encendió las luces, dejándome ver las muchas estanterías de tres secciones donde había muchos, pero muchos libros.


Help me please!! (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora