¿Maldito? Bueno, esto era raro, pero ya debería estar acostumbrado a este tipo de cosas hace meses ¿no?.
Los espectros me miraban fijamente haciéndome sentir algo incómodo, Mimi me sonreía y cuando lo hacia sus ojos brillaban alegremente. Me recordaba un poco a Binnie, quizás tuviera su misma edad. Al detenerme en sus ojos me percate de algo que en lo que no había reparado aun, alce la vista y observe a los demás presentes allí, todos eran igual que Mimi. Todos parecían personas normales y no espectros, ninguno tenía los ojos turquesas y la piel casi gris, de aspecto algo enfermizo. Por el contrario, sus ojos iban desde el castaño claro de Mimi al más negro intenso del niño con el oso de felpa.
-Mimi...¿tú eres un espectro?- pregunte y escuche como Namu se revolvía en su cama y resoplaba entre sueños, al parecer ya no estaba tan mal si incluso soñaba. - lo siento, pero podríamos ir a otro lugar?- tenía miedo de despertar a mi amigo y que me encontrara hablando solo, había estado comportándome tan normal estos últimos meses que no quería arruinarlo.
-como quieras, la terraza te parece bien?-asentí y me levante del sillón, en cuanto di un paso todos los espectros se dispusieron a seguirme.
Me incomodaban, no dejaban de observarme como si fuera una atracción de circo.
-hablemos a solas, me siento algo incómodo con ellos aquí-le susurre a Mimi esperando que los demás no oyeran
-pero...-quiso quejarse pero desistió en cuanto la tome de la muñeca y la obligue a caminar tras mío.-lo siento!!Luego les cuento, no molesten al enfermo!-exclamo mientras pasaba por la puerta de la habitación conmigo.
Al salir al pasillo algunos pacientes me observaron entornando los ojos, claro debía parecer extraño alguien con el brazo extendido hacia atrás y obligando a caminar más rápido a alguien que a sus ojos no existía.
Me detuve y en cuanto Mimi estuvo a la par mía la solté, ella se froto la muñeca algo molesta y resoplo haciendo que su flequillo rubio se levantara.
Definitivamente me recordaba a Binnie, a la pequeña que había casi adoptado de hermana menor en unas pocas semanas. Retome la marcha pero esta vez más tranquilo, con Mimi siguiéndome el paso sin dificultad, sus piernas eran tan cortas en comparación a las mías. Tomamos el ascensor que se encontraba repleto, mala idea, pues Mimi se aferró a mi camisa e intento hacerse lo más pequeña posible, se notaba que no quería tocar a ningún humano. Quería abrazarla, parecía tan indefensa pero no podía, no sin que me miraran extraño. Al pasar los doce el cubículo del ascensor se fue vaciando hasta que solo quedamos nosotros dos y un hombre mayor, repleto de canas , con ropa de médico y la mirada cansada. Descendió en el último piso, pero antes de que la puerta se cerrara por completo me miró fijamente e hizo una inclinación de casi noventa grados a modo de reverencia. Las puertas se cerraron antes de que pudiera devolverle el saludo o preguntarle por qué me saludaba con tanto respeto si yo era mucho menor que él.
-Qué extraño-dijo Mimi cuando el hombre de perdió de vista
-es cierto, no es normal que alguien de su edad salude a un menor de ese modo-
-Quizás es un viejo senil...-dijo sonriendo divertida
-vamos- ignore su comentario y en cuanto el ascensor abrió la puerta del último piso descendimos, para llegar hacia la terraza subimos una pequeña escalera a pie, corrí el pestillo que aseguraba la pesada puerta de hierro y salimos a la luz de la noche de Seúl.
No había nadie allí, al parecer el lugar era un helipuerto en desuso hace un tiempo. Al lado de la escalera por donde ascendimos se encontraba un ascensor de aquellos en los que entraba una camilla de hospital. Y ahora estábamos parados sobre una gran hache. Camine hacia el límite del hospital y observe la ciudad a mis pies, era tan inmensa, nunca la había visto desde semejante altura y tampoco me había detenido a pensar en lo pequeño que era comparado con los millones de personas que circulaban y viven en Seúl todos los días. Nunca me había sentido especial ni nunca lo seria, a menos que tuviera a Myungsoo a mi lado. Solo una vez tuve el atisbo de lo que era sentirse de ese modo y era mentira, ahora solo me quedaba Myung para sentirme único, amado, feliz.
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Closer (Myungyeol)
Fiksi Penggemar"-aqui y siempre -me respondio separandose para observarme fijamente a los ojos y luego acortar la distancia entre los dos." Lee Sungyeol es un joven de 25 años que vive su vida de manera sencilla y monotona, pero algo o mas bien alguien comenzo a...