UNO

184 21 1
                                    

Perrie

Austin entró a la casa brincando y riendo. Ana venía detrás.

-Es increíble, a este niño no se lo puede dejar sólo dos minutos.- Se sentó junto a mí y bufó.

-¿Qué pasó, Anita?- Pregunté y le serví un vaso de jugo.

-Entre cinco minutos a comprarle un chocolate, te juro que sólo cinco minutos. Cuando salí me dijo que vio pasar a una mujer con un largo vestido blanco e hileras de sangre en su espalda.- Mi amiga se agarró la cabeza.

-Anita, es un niño, tiene cinco años apenas. Es normal que invente cosas, imagine, tenga amigos invisibles y todo eso. Es preocuparse por nada.- Dije restando importancia.

-Si, eso debe ser.- Terminó el último sorbo de jugo y se paró.- Yo me voy yendo, hoy tengo que entra un poco antes a la oficina.- Besó mi frente y luego alzó a Austin. Lo saludó también.- Saluda a Lauren de mi parte.- Gritó y no me dio tiempo a contestar que enseguida sentí la puerta cerrarse.

-Muy bien pequeñín, vamos a darnos una ducha.- Mi hijo se resistió a mi agarre.- ¿A caso no quieres bañarte?

-Tengo hambre mami.- Su dulce voz acompañada de un inofensivo puchero hicieron que me estremezca de ternura.

-Ya lo veo- Concluí cuando sentí su estómago rugir. Él río-, corre a lavarte las manos y ven a almorzar.

Austin salió de la cocina corriendo. Serví su comida y me senté a esperarlo.

-La tía te lo dijo, ¿verdad?- Me preguntó mientras llevaba la hamburguesa a su boca.

-¿Decirme qué?

-Sobre la mujer vestida de blanco.- Asentí levemente.- ¿Y me crees?- Preguntó inocentemente.

-Por supuesto, cariño.- No creía que mi hijo en realidad haya visto eso, pero era un niño y no había problema que imaginara.

-No vi su rostro, pero tenía un pelo castaño muy hermoso. Por supuesto, no tan hermoso como tu pelo rubio.- Me guiñó un ojo seductoramente e instantáneamente me acordé de Jade. Sonreí nostálgicamente.

-Estás con sueño- Concluí al ver sus ojos parpadear pesadamente-, nos vamos a dar una ducha después de comer y te acostas a ver los dibujitos.

Mi hijo comió el último bocado de hamburguesa, tomó un sorbo de jugo para digerirla, limpio su boca y salió de la cocina.

-Atrapame si puedes, mami.- Dijo riendo mientras subía las escaleras.

-No corras ahí, Austin.- Reí un poco, ese niño alegraba mi vida. Subí rápidamente tras él y lo agarré por la espalda.- Ahora si, al agua pato.- Dije y cerré la puerta del baño.

My Angel Fallen (Jerrie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora