«Señora, estoy embarazada»

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—Los hermanos Bowers siempre se van una semana después de iniciar las vacaciones, tal vez aun sigan en casa.

—No quiero hacerlo, Alix— el chico paso ambas manos por su rostro y me miro mal.

—Conozco muy bien a Zachary, si no le dices ahora se enojara por habérselo ocultado y más cuando se trata de su hijo— si, el idiota de Alix resulto ser el mejor amigo de Bowers.

Ahora está intentando que se lo diga, pero no pasare por un rechazo, he pasado por muchos, no quiero otro en la lista.

—No quiero que me diga que no se hará responsable, como hacen la mayoría de chicos.

—No te puedo asegurar si lo hará, pero debes decirle— muevo mi pierna por los nervios, estoy entre la espada y pared. Miro la enorme casa frente a mí, luego a Alix.
Abro la puerta del auto, la azoto y camino hasta la puerta, donde toco el timbre.

—Buenas tardes, ¿en qué te puedo ayudar?— observo a la señora frente a mí, luce mayor, lleva un impecable vestido blanco y tacones color piel.

—Busco a Zachary.

—Oh, lo siento, se fue hace una hora— muerdo mi labio sintiendo las
lagrimas deslizarse por mis mejillas. Malditos cambios hormonales, esto
provocan. — ¿Te encuentras bien?, ven, entra— pasa su brazo por mis
hombros, cierra la puerta y me lleva hasta la sala de estar.

—Lamento tanto estar llorando, es que… es algo difícil y necesitaba decírselo a su hijo.

—Puedo ayudarte, los problemas de mi hijo son míos también.

—No debería decirle pero un amigo me dijo que sacara todo lo que siento ahora, en serio, lamento lo que paso, señora— ella frunce su ceño. —Hace
dos mese estuve con su hijo y…
señora, estoy embarazada— la pobre lleva una mano a su boca y abre mucho sus ojos, pero no veo enojo. —Si quiere una prueba de ADN o algo que lo demuestre puedo dárselo—.

—Oh, no, cariño. Te creo, solo es la impresión— juego con mis manos
nerviosa, las lagrimas no paran y menos los sollozos. —No te preocupes, hare que Zachary se entere, también lo hare hacerse responsable.

—No lo haga, si él no quiere hacerse responsable puedo hacerlo sola.

—El tener un bebe es una gran bendición, un niño debe criarse con su madre y con su padre, no quiero que digas eso, ahora sé que seré abuela y no dejare desamparado a ese bebe y mucho menos a ti, ¿bien?

—Señora, no debe hacerlo.

—Dime Loretta, y claro que lo hare.

Los próximos cuarenta minutos Loretta se comporto muy amable, un momento lloro de emoción por ser abuela, dijo que por Zachary no se
preocupaba, ya estaba en edad para ser padre.
Tiene veintidós años, está a punto de graduarse en contabilidad y tiene empleo en la empresa de su padre. Pero que si se preocupaba por mí, estoy muy joven para traer un bebe
al mundo, es mucha responsabilidad.

— ¿Dónde vives, Aixa?

—En apartamento cerca del barrio San Carter.

—Es un lugar peligroso, no dejare que vivas en ese lugar— de inmediato y sin dejarme renegar la señora Bowers tomo su celular y llamo a alguien, le dijo algo sobre alistar su vieja casa de campo y que la tuvieran lista para mañana.

— ¿No crees que estás haciendo mucho por una desconocida?

—Has pasado por tantas situaciones difíciles, lo sé, no quiero que una etapa tan linda como lo es estar embarazada sea una pesadilla para ti.

La calidez y la paz que transmitían sus palabras oprimieron mi pecho, algunas lágrimas se deslizaron por mi rostro y lo único que pude hacer para demostrarle mi agradecimiento fue darle un abrazo.

Una vez escuche que los ángeles se hacen pasar por personas, en ese
momento pensé «Es lo más estúpido que he escuchado», pero ahora creo que esa persona tenía razón y que la señora Char, Bambi, la señora Loretta,
incluso Alix son mis ángeles.

«Ya te estás poniendo cursi, calma tus hormonas, Aixa»

Me despedí de Loretta, que me advirtió que esté mañana a las tres de la tarde aquí o me ira a buscar, ah, que traiga conmigo a Bambi.

— ¿Puedo saber porque me dejaste esperándote casi una hora? ¡Me duele el culo, Aixa!— ruedo mis ojos y hago un gesto de no me importa.

—Estuve hablando con la madre de Zachary, se comporto muy amable
conmigo— una pequeña sonrisa se asomo en mi rostro, Alix sonrió con
exageración e hizo un gesto de ternura, pero en realidad parecía que quería ir al baño.

—Loretta se encargara de hacerte sentir bien y de darte lo mejor, es una buena señora, ha pasado por mucho— frunzo el ceño.

— ¿Por qué tipo de situaciones paso?

—Si un día confía en ti, te lo dirá. No soy el indicado para decirte— me guiña un ojo, le doy un golpe en el hombro.

—Se me antoja un helado de natilla con pasas— muerdo mi labio, me
imagino un enorme helado y se me hace agua la boca. Lo juro, estoy que
suelto la baba.

— ¡Mi amiga tiene su primer antojo y seré yo que la consienta, no lo creo!—
grita tan agudo que creo que me rompió el tímpano, acelera el carro y como alma que lleva el diablo nos lleva hasta Molly Moon´s Ice Cream.

(..)

Al día siguiente, tres y media de la tarde.

—Sus llaves, señorita— sin creerlo tomo las llaves, una preciosa casa está al frente mío, parece sacada de una película, tiene un gran jardín con una preciosa vista de la cuidad, grandes ventanas y está pintada de un café
oscuro.
Por dentro es el doble de grande, por supuesto que para alguien que nunca tuvo esto hasta un apartamento es grande.
Pisos de madera bien pulidos, paredes hechas de regletas de madera, oscurecidas con tinte, los muebles bien limpios, todo es hermoso.

—Cada día amo mas a mi sobrino, y a ti— al borde de las lagrimas me rio por las palabras de Bambi, ella me abraza. —Te lo dije.

Si, ella también insistió que hablara con Zachary, o por lo menos con alguien de su familia.

— ¿Te gusta tu hogar?— miro sonriente a Loretta y la abrazo, ella ríe contenta.

—Prometo que solo nos quedaremos hasta que tenga a mi bebe, después
nos iremos a nuestro viejo apartamento.

—No digas tonterías, niña, te quedaras aquí hasta que yo lo diga.

—Ya es suficiente que me buscara una casa, acepte solo por mi bebe, déjame hacer lo que digo, por favor.

—Bien, con una condición— asentí con mi cabeza. —Promete que buscaras otro sitio para vivir, donde vives es muy peligroso

—Lo prometo, señora. Encontraremos un sitio seguro.

Aixa [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora