ένας

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Le había visto por primera vez esa fría tarde de otoño. Había visto como sus ojos gatunos y oscuros dejaban salir algunas lágrimas que se confundían con el dedicado rocío proveniente de aquellas espesas nubes que provocaban que el cielo se tiñiese de un color grisáceo.
El clima parecía hermoso.

Pero ni Namjoon, ni Seokjin, parecían interesarse mucho en las condiciones climatológicas de aquel lunes por la tarde.

El menor de los dos trataba de que el pedazo de papel que llevaba en las manos tomase forma con cada doblez que le hacía, mientras el de pelo rosa se perdía en sus propios pensamientos, soltando sollozos silenciosos por este motivo.

El chico con hoyuelos había visto primero a quien ahora se encontraba sentado a su lado. Se había percatado de su mirada triste y de sus ojos cristalinos, pero no dijo palabra alguna, sólo limitándose a sentarse a la par de el chico de cabello rosado.

Namjoon no parecía nada contento con el resultado de la figura que se encontraba realizando. Podría resultar frustrante al principio, pero sabe que finalmente, el resultado valdrá la pena.

El sonido de la hoja siendo arrancada del cuaderno fue lo que atrajo la atención de Seokjin, quien no tenía ni la más mínima idea de que tenía compañía debajo de las ramas de ese frondoso árbol. Miró a quien estaba situado a la par suya, siendo cuidadoso de que éste no se diera cuenta de que le observaba en silencio. La razón era, que porque honestamente, sabía que podría asustarse si descubriese a un desconocido viéndolo fijamente. Hasta a él le daría miedo.

Pero en realidad, lo que más llamaba su atención, era la delicadeza y atención con las que el menor doblaba el papel y lo acomodaba de distintas maneras, dando como consecuencia que éste comenzará a tomar alguna forma. Quería tomar fotografías mentales de cada uno de sus movimientos para luego recordarlos e imitarlos. "Quizá esto ayude" pensó.

El tiempo pasaba y ninguno de los dos se movía del lugar donde habían comenzado originalmente. El rocío se intensificaba poco a poco pasando a convertirse en lluvia, pero aún así, nadie de los antes mencionados movía un sólo dedo del lugar.

La vista de Seokjin iba del rostro de Namjoon a sus manos. Las ganas de poder entretenerse o hacer algo por él mismo eran bastante grandes, pero el chico de hoyuelos era bastante rápido para doblar y acomodar el papel. Y la vista del pelirosa no era lo suficientemente buena para observar con detalle cada maniobra del muchacho.

-¿Cómo lo haces?- dijo sin siquiera darse cuenta de que no lo había pensado, sino, hablado.

El menor levantó la vista de su regazo, lugar donde sus manos yacían recargadas como si de una mesita se tratase, apoyándose para trabajar el papel.

-¿La estrella?- cuestionó mirando al chico junto a él.

-Sí, hace rato que veo lo que haces, pero me he perdido en algunos detalles y si no es mucha molestia- Soltó un suspiro intentado ser valiente- ¿Podrías enseñarme como se hace?.

-Venga, acérquese un poco más, volveremos a comenzar ¿está bien?- Hablo el chico de hoyuelos, quien le sonrió mostrando estos a su contrario.

Seokjin ponía atención a cada una de las palabras que Namjoon pronunciaba, anotando mentalmente cada una de las instrucciones que el menor le daba y perdiéndose algunas veces apreciando las facciones de quien explicaba, provocando que tuviera que repetir los dobleces por hacerlos chuecos, o sacar la punta del papel ya que ese no era su lugar.

-Y listo, en realidad lo difícil siempre es a la hora de juntar las dos partes, pues es un poco confuso, pero el resto de dobleces son fáciles-explicó el menor, observando al de cabellera rosada jugar con el resultado del procedimiento que acababan de llevar acabo.

-En realidad si, es fácil, y muy relajante.

-Quizá le podría enseñar a hacer otras cosas luego, desgraciadamente ahora me tengo que ir y usted debería hacer lo mismo, ya está anocheciendo y es muy inseguro este lugar por la noche- Dijo en tono quejumbroso, pues no quería marcharse, desconocía la razón por la cual esto pasaba, pero ahí estaba.

-Me gustaría mucho aprender, y tienes razón, lo mejor es irnos, ya está helando el ambiente- Seokjin también comentó algo decepcionado.

-Nos vemos luego, lo prometo-le sonrió después de despedirse- emm...

-Seokjin, mi nombre es Seokjin y tengo 24 años, casi 25- interrumpió a su compañero.

-Mi nombre es Namjoon, y tengo 23 años. Espero verlo pronto, hyung- se despidió para luego marcharse, "¿Qué te pasa?" se preguntó a si mismo después de sentirse triste por irse.

-Bonito nombre, Nam- dijo Seokjin ya estando completamente sólo.

Y gracias a la estrella de origami, y al chico de hoyuelos, por primera vez en mucho tiempo, Seokjin pudo dormir bien.

Y definitivamente se volverían a ver.

~¤^¤~

Por fin me quedó esto bai.
Lo escribí como mil veces y no me gustaba pero acá está y me gustó como quedó y espero que a ustedes también c':

L@s quiero chamas <3

Origami (折り紙)  n.j.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora