Había llegado el día en el que Namjoon se confesaría con Seokjin, diciéndole al pelirosa todo lo que sentía por él.
Y es que después de todo lo ocurrido, al menor ya no le quedaban dudas que estaba profundamente enamorado del chico de voz de ángel.
La forma en la que se veía, su manera de ser; tan dulce y agradable, su voz, su sonrisa, sus ojos. No había cosa en Seokjin que Namjoon no encontrase perfecta. Para él, no había duda que el mayor era algo irreal, no existía alguien que se le comparase porque en cualquier aspecto esa persona saldría perdiendo. Aquella cabellera rosa y esos lindos ojos, definitivamente lo estaban volviendo loco.
Nadie se explicaba el repentino cambio de actitud en Namjoon, pues aunque no era la seriedad en persona, podías notar la alegría y energía que derrochaba cada que llegaba de aquel parque después del trabajo.
Inclusive su mejor amigo notaba extraño que suspirase cada vez que se perdía en sus pensamientos. Yoongi nunca esperaría que el chico con hoyuelos estuviese así por una persona, tanto fue el miedo, que intentó llevarle al médico para revisar que no tuviese algún problema de salud. Pero el muchacho se encontraba en perfectas condiciones.
Y el día en que por fin Namjoon decidió contarle su mayor secreto a su amigo, éste tardó bastante en asimilar la situación.
Y si para algo el pelinegro tenía talento, era para ser romántico. Solamente cuando le salía del alma, de otra forma no era posible, por lo que Namjoon sugirió que pensase que se le declararía al chico que desde hacía vario tiempo le gustaba. Su sugerencia sirvió, aunque Yoongi se pusiese colorado como un tomate y terminase dándole un golpe a Namjoon para que dejase de molestarle con el asunto, terminaron teniendo una idea bastante linda.
Pasaron bastante de su tiempo libre haciendo pequeñas rosas de papel color durazno para luego colocarlas en un ramo. Constantemente se quejaban de lo cansado que era, pero el menor parecía emocionado con la situación y su amigo sólo quería verlo feliz, así que no tuvo otra opción.
Doblar, cruzar, subir, bajar. Ambos repetían los pasos mentalmente asegurándose de no tener errores, pues no era un procedimiento sencillo, para nada. Requería de mucha concentración y relajación, pues se tenía que tener paciencia para que el resultado final fuese el esperado.
Pero cuando un chico de ojos parecidos a una rayita y mejillas abultadas y tiernas llegó a escena, las cosas cambiaron un poco.
-¿Puedo ayudarlos, chicos?- dijo mientras sonreía haciendo desaparecer sus ojos.
-Se supone que no debías verlo, ahora tendré que hacer algo diferente y no quiero pensar- el pelinegro se levantó del piso donde se encontraba situado, y camino hacia la dirección contraria a donde estaban.
-¿Qué le hiciste a ese pobre chico, Jimin?- pregunto Namjoon mientras sonreía.
-No, nada, yo... ¡Yoongi hyung, no corra!
Fue en ese preciso instante que el chico con hoyuelos se quedo sentado sólo en el césped que aquel parque. Seguramente luego ensenaría a Seokjin como realizar las rosas, porque sí, eran muy bellas, tanto, al igual que él.
El ramo conformado por rosas de papel había quedado muy lindo a su gusto. Las flores resaltaban como debían hacerlo y tenían un aspecto agradable para haber sido hechas por dos personas a la vez, ya que esto podría hacerlas verse diferentes, pero no había distinción alguna.
Había ido al parque cuatro o tres horas antes de lo que acostumbraba hacerlo. Con ese tiempo había sido suficiente para la elaboración de las flores y para controlarse los nervios, aunque sea un pequeño rato.
Pero había un problema. No sabía exactamente que decirle al muchacho que se había robado su corazón.
Y es que Namjoon nunca había tenido problema alguno con las palabras. Siempre sabía como expresarse y no se necesitaba que lo hiciese más de dos veces, puesto que la primera se entendía a la perfección.
Pero ese día, con esa persona, y en esa situación, simplemente parecía aún no comprender muy bien todas las cosas que sentía revoloteando dentro suyo cada que el pelirosa sonreía.
Cada cosa que se le ocurría a los escasos tres segundos de haberla pensado le parecía estúpida. ¿Cómo le dices a un ángel lo bello que es? No podía, por más que intentase e intentase, no le salía, no.
El tiempo poco a poco fue avanzando, los nervios se hacían presentes. Y no es que no hubiesen estado desde antes, pero ahora se habían intensificado.
Miró hacia su muñeca para verificar la hora que era. Y El cuarto para las tres indicaba que en ese momento el hubiese estado por salir de su trabajo, y aquel chico, por llegar al parque.
El pecho le subía y le bajaba y sentía el corazón en la garganta. Uno de sus pies no dejaba de moverse de arriba hacia abajo y con sus dedos no dejaba de golpear el papel con el cual las rosas estaban unidas. Definitivamente se encontraba nervioso.
La sonrisa apareció en su rostro cuando vio un borrón que se convirtió en una mancha que luego se hizo una persona.
Veía como el chico de cabellera rosa caminaba tarareando una canción. Ahí terminó de saber que ese muchacho en realidad era hermoso.Pero al cruzar la calle para llegar al parque, el semblante de Seokjin cambió. La sonrisa se borró de su rostro y como si algo le hubiese impactado, llevo su mirada hacia abajo. La alegría del rostro de Namjoon fue remplazada por preocupación, se levantó del lugar donde descansaba y puso sus ojos en el chico que desde hace rato esperaba.
El aire le hacía falta al mayor, tragaba saliva con gran esfuerzo y las piernas le temblaban. Perdió el equilibrio y cayó al piso, causando que el menor, quien observaba todo lo que sucedía, fuese de inmediato hacia donde yacía inconsciente.
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Denme con la chancla si quieren, tienen derecho ahre ;-; bueno les dije que sacarían los pañuelos y para el otro se viene el drama.
l. ♡FELIZ NAVIDAAAAAAAD
*la notita es igual de vieja que el capítulo, por eso el feliz navidad ahre* ;-;
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Origami (折り紙) n.j.
Short StoryDonde Namjoon le enseña a ser figuras de Origami a Seokjin cuando está triste.