Origami (折り紙) n.j.

τρία

Aquel día soleado y caluroso era un domingo por la tarde.
Seokjin llevaba poco tiempo esperando que el chico con hoyuelos llegase al parque para comenzar con la "lección" del día.

Si algo le gustaba al pelirosa era cantar. Pero como no tenía la suficiente confianza en él mismo, ni en su voz, no lo hacia muy seguido, mucho menos en lugares públicos como lo era aquel parque.

Había comenzado a aburrirse, por lo que tomó el par de auriculares que guardaba en su mochila y los conectó a su teléfono. Pulso el botón de "aleatorio" y espero pacientemente que la melodía comenzase.

Era un sonido suave, el ritmo era lento y estaba compuesto sólo por los acordes de una guitarra y la presencia de el leve sonido de un piano, el cual sonaba inmediatamente el coro empezaba.

I watch your troubled eyes as you rest
And I fall in love with every breath
I wonder if those eyes are  really shut
And am I the one you're dreaming of

El antes mencionado no pudo resistirse a aquella canción que le encantaba y comenzó a cantar. Lo cierto del asunto era que el muchacho de verdad tenía una voz demasiado hermosa, e incluso relajante.

Pero él tenía una opinión diferente respecto al tema. Por tal motivo había dejado de hacerlo aunque tanto le gustase. Desgraciadamente, Kim Seokjin había renunciado a su sueño sin antes intentar alcanzarlo.

'Cause underneath the darkness
There's a light that's trying so hard to be seen
And I know this, cause I've notice
A little bit shining through it seams

Era su canción favorita, era imposible que se resistiese a cantarla a todo pulmón. Se había dejado llevar tanto, que sus ojos estaban cerrados y su cabeza se apoyaba en el tronco del mismo árbol de siempre, siendo inconsciente de cualquier acontecimiento que sucediese a su alrededor.

Y así lo era. Quizá era cuestión de escasos dos minutos atrás que Namjoon había llegado al lugar sin que Seokjin se diese cuenta, esto le permitió escuchar al mayor cantar.

Su voz... Es hermosa

La melodía terminó, regresando a Seokjin al mundo de nuevo. La sonrisa en el rostro del pelirosa era más que evidente.  Y precisamente eso, verle sonreír, fue la causa de que el corazón de Namjoon diese un vuelco por un motivo que hasta entonces era desconocido para él.

Las mejillas se le volvieron de un rojo intenso a Seokjin cuando vio quien se encontraba de pie enfrente de él chocando sus palmas para aplaudir.

-Tiene bonita voz, hyung.

-¿De qué hablas?-dijo con la voz un tanto temblorosa de la vergüenza- claro que no, es más, disculpame.

-¿Disculparle? Las mariposas no pueden ver lo hermosas que son sus alas, hyung.

Pensó que quizás Namjoon terminaría por burlarse de él por su intento de canto, y al parecer se había equivocado. Sabía que aquel chico hablaba demasiado serio como para bromear o echarse a reír. Y no sólo era la expresión en su rostro, sino la forma en la que lo había dicho.

-Hablando de mariposas, hoy le enseñaré a hacer algunas.

Era sorprendente para Seokjin el hecho de que Namjoon seguia interesado en enseñarle.

El pelirosa tomó su mochila y busco el paquete de hojas de papel que había comprado en el supermercado, pero se dio cuenta que no estaban ahí.

-Pero... olvide las hojas y mis cuadernos- el sonrojo había vuelto, y por la misma razón de antes.

Namjoon sonrió al ver a su compañero con las mejillas totalmente rojas por la pena, y se reprendió por pensar que lucía demasiado lindo así.

Pero que cosas piensas, por favor.

-Le he comprado un regalo, no es la gran cosa, pero pensé que le gustaría- dijo mientras sostenía las hojas de colores pastel.

Rosadas, azules, verdes, lila, amarillo. Seokjin amaba los colores pastel, en especial el rosa, ahí estaba la causa de su lindo color de cabello.

-Muchas gracias, Nam, no tenias por qué molestarte.

Las mariposas no eran la cosa más fácil del mundo. Se requería mucha concentración para que los dobleces saliesen de la manera adecuada y tomasen la forma correcta. El resultado era hermoso, y por eso valía la pena intentarlo.

Pasada quizá media hora, había pedazos de hoja alrededor que aquellos dos chicos lo bastantes concentrados en su trabajo como para mirarse entre ellos de vez en cuando cada que veían al contrario más concentrado para que éste no se diese cuenta de su acción.

-Y por último, sólo doblamos esto hacía arriba- dijo el menor, quien se concentraba en la hoja azul que tenía entre sus manos.

-¡Ya está!¡Lo logramos!- Cualquiera que hubiese visto a Seokjin gritar de la alegría, apostaría a que había ganado el premio mayor en la lotería.

Esta había sido la primera figura que les salía a el menor número de intentos. Y ambos se sentían felices por eso.

-Tardé casi dos semanas en aprender a realizarlas, hyung, y usted lo hizo en sólo una tarde ¿Qué clase de estafa es esta?- Lo de Namjoon no era ser gracioso, y sinceramente no esperaba que Seokjin sonriese por su mal chiste.

-Una donde yo si pongo atención y tú no- dijo mientras le lanzaba una sonrisa a su compañero.

Y definitivamente, después de aquella tarde, Namjoon quiso escuchar la voz de Seokjin toda su vida.

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La canción es "This is what it takes" de Shawn Mendes.
Mil años después.
Nos vemos a la siguiente.
Bai.

(por cierto, nunca aprendí a hacer las mariposas ;-;)