IV

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Por otra parte, en una dulceria de la ciudad de París había ido un crítico para opinar sobre sus dulces en cuanto a sabor, color, olor, textura, etc. Probó uno que estaba en mal estado y lo humilló al dueño con su reseña de la dulceria en el diario. El dueño del lugar cuando leyó eso se enojó, rompió el papel y agarro un bastón de caramelo mirándolo fijamente.
— Decepción, ira, humillación... Es lo que mi malvado akuma está buscando... Vuela mi pequeño akuma, ya sabes que hacer. —
Hawkmoth acaba de tomar otra víctima para akumatizarlo. Cuando el akuma llega a la persona indicada ésta entra al bastón de caramelo y Hawkmoth dice
— Hola Mistercandy, soy Hawkmoth. Te doy el poder de controlar a las personas que coman tus dulces y puedas tomar venganza del que te humilló pero a cambio debes traerme el miraculous de Ladybug y Chat Noir.
A tus órdenes, Hawkmoth... — se transforma en un hombre de caramelo y sale a aterrorizar a las personas.
Marinette iba caminando con Nathaniel, ella veía los dibujos que él había hecho en su cuaderno y lo alagaba por lo bien que dibujaba. Pero cuando ella escucha gritos y cosas romperse supuso que alguien había sido akumatizado, la panadería de sus padres estaba a centímetros, por lo que escondió a Nathaniel ahí y Marinette se transformó en Ladybug. Adrien estaba ahí cerca así que vio cuando Mari se transformaba en su amada heroína, quedó en shock, se maldijo por haberla rechazado y no haberse dado cuenta antes. Sin más tiempo que perder se transformó en Chat Noir y fueron a salvar el día.
3 horas después lograron resolver el problema y Chat se acerca a Ladybug.
— My Lady, que hermosa te ves hoy o mejor dicho, ¡Todos los días te ves hermosa! — al ver que ella no responde a su alago con algún rechazo como normalmente hace se da cuenta que realmente estaba afectada por el rechazo
— Mira Chat, no tengo tiempo para éstas cosas ahora. El que amo me rechazó y no se siente bien, además tengo una obra que terminar. Adiós. — se va.
Chat la miró con tristeza y se fue para su casa, él también se sentía mal. De hecho se sentía estúpido, la conexión que tenía con ella se estaba perdiendo, perdió una amiga, descubrió la identidad de Ladybug y para completar, había alguien más que iba a intentar conquistarla.

~En casa de Marinette~

— Perdón Nath, es que fui capturada por el villano y no pude escapar. — se excusa para cubrir su identidad —
Está bien Marinette, no hay problema. Pero yo debo irme... — él ya sentía que había un poquito más de confianza por lo que podía hablar sin tartamudear tanto.
Comenzó a caminar en dirección a la puerta pero para detenerlo Marinette le toma la mano y lo atrae un poco, esto hace que el pelirrojo se ponga rojo.
— Quédate a cenar y así seguimos más tranquilos el proyecto, ¿Síii? — le suplicó ella para convencerlo.
Su compañía la hacía sentir mejor y bastante cómoda lo que eso nunca le había pasado con Adrien y le resultó raro.
— Claro, a mi mamá no le va a molestar. — asiente Nath mirando a Marinette
— Oye... Espérame aquí, ya vengo. — Mari fue a sacar todo lo que tenía de Adrien en su habitación, lo guardó en un cajón y fue a donde estaba su compañero. — listo, vayamos a mi habitación, ahí vamos a tener lugar para practicar, pintar y diseñar. —
Nath caminaba algo nervioso atrás de su compañera aferrándose a su cuaderno de dibujo que normalmente llevaba en mano, temía encontrarse con los padres de ella porque no sabría como reaccionar, se pondría a tartamudear y él no quiere causar una mala impresión.
— Sabes... Todo el colegio se enteró lo que te pasó con Adrien, siento que te haya pasado eso pero creo que es muy tonto al no darse cuenta de la chica que se pierde... — dice Nath una vez estaban en la habitación, hablaba con un poco de timidez ya que la situación era bastante delicada.
— Gracias creo... No sé como creí por un momento que el gran Adrien Agreste se fijaría en una chica normal y torpe como yo. — baja la mirada y cierra sus manos con fuerza haciendolas puños para tratar de no llorar
— Marinette, no digas eso sobre ti, eres dulce, tierna, amable, amigable, generosa, ayudas a los demás sin esperar algo a cambio. — comenzó a enumerar, se había molestado un poco por las cosas que se decía y sobre todo porque se sentía así por alguien que no supo valorarla. Cuando se dio cuenta de todo lo que dijo se puso como rojo como un tomate y marinette lo miraba sorprendida y con las mejillas rojas.
— G-gracias Nath... Fue muy dulce de tu parte todo lo que dijiste... — le da un abrazo y sin esperar a que éste la abrazara también se separó. — Tengo una sorpresa para ti, pero tienes que cerrar los ojos. — dijo cambiando de tema.
Nathaniel cerró los ojos, marinette llamó a sus padres para que suban y cuando ya subieron estaban con un pastel de cumpleaños hecho por marinette. Le pidió que abra los ojos y cuando el chico ve a los padres de marinette más el pastel, lo que decía en él se sorprende. Comienzan a cantarle la canción de feliz cumpleaños y él sonríe entusiasmado, hace mucho que no le celebraban su cumpleaños y que se lo celebrara la persona que ama era el mejor regalo del mundo, no podía estar más feliz en ese momento. Se escucha por parte del señor Dupain-Cheng "¡Pide un deseo!" Hizo caso a esa oración y sopló las velas.
— Muchísimas gracias señor y señora Dupain-Cheng y sobre todo a vos Marinette, este día nunca lo voy a olvidar. — la alegría en el rostro de nuestro tomatito era muy evidente he imposible de borrar.
El día continuó, los vestuarios estaban diseñados, algunos empezados otros no, el boceto de la escenografía de la obra estaba dibujado sólo debían pasarlo en algo más grande. Cenaron, Nathaniel agradeció la cena y todo lo que pasó en el día y se marchó para su casa. Marinette no dejó de mirarlo desde su balcón con una sonrisa hasta que lo perdió de vista.

Celos (Nathanette y Adrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora