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SungMin no sabe en qué momento los días pasaron tan rápido, pero al revisar su calendario de escritorio puede darse cuenta que ya solo queda menos de una semana para su audición para el papel protagónico en el fantasma de la ópera.

Esta terriblemente nervioso, a pesar de haber ensayado con diligencia, tanto que incluso a veces se saltaba almuerzos, solo para aprovechar al máximo su tiempo para ocupar las salas de ensayos de la academia. Pero es que este es el primer gran papel al que adicionará, después de un año en donde solo ha tomado papeles de extra que no tienen más de diez minutos sobre el escenario o el ultimo secundario de un hombre mayor, padre de la protagonista. SungMin no ha querido arriesgarse a audicionar a nada más en las obras teatrales o los musicales, no sintiéndose preparado aún para dicho desafío.

Su problema siempre había sido su voz más que la actuación, que se volvía inestable a lo largo de las canciones, por lo que por consejo de su profesora de canto, decidió reforzar ese último tiempo mucho el control de su voz.

Aún así, después de tantos ensayos, esa noche sentía la necesidad de volver a repasar algunas escenas, aunque necesitaba a alguien que lo escuchara y le diera alguna opinión que no fuera estrictamente técnica como la de sus profesores, por lo que pensó en llamar a su primo.

HyukJae tardo más de lo usual en contestar, y cuando lo hizo solo se sintió demasiado ruido detrás que apenas dejaba escuchar su voz.

— ¿SungMin?

— Eh si.... – miro extrañado el celular, la voz del chico sonaba extrañaba  ̶  ¿Dónde...dónde estás?

— Ah, bue-no – las palabras se le enredaban, lo que fácilmente le dio una señal a SungMin de que estaba bebido – es una fiesta supongo.

El chico suena tan feliz que sí, esta jodidamente muy bebido. Y lo que es peor, él sabe lo mal bebedor que es su primo. No por nada era el quien siempre tenía que hacer de conductor responsable para llevarlo de vuelta a casa cuando salían.

De todos modos nunca le molesto demasiado ese hecho, ya que él no bebía. Lo dejo a los diecisiete, luego que su padre atravesara una crisis de desempleo y se volteara al alcohol, tomo dos años de tratamiento para que su padre lo superara, y SungMin termino por desarrollar un rechazo al alcohol por ello. Aunque a veces pedía una lata de cerveza solo para acompañar a su primo cuando salían, la que le duraba toda la noche.

Hubo unas risas que se escucharon con fuerza y luego unas voces que le preguntaban si era su novia quien llamaba, se escuchó un forcejeo, tal parece de alguien intentando quitarle el celular. SungMin esperó pacientemente que toda esa estupidez acabara para hablar con tranquilidad. No le molestaba en sí que su primo estuviera en una fiesta, pero últimamente lo sentía un poco más lejano desde sus nuevas amistades del club de motos, haciéndole sentir celos de ser dejado de lado.

— ¿SungMin? ¿Aun estas ahí? – pregunto su primo, ganando la batalla por quedarse con el celular.

— Si – respondió con tranquilidad – yo te llamaba para saber si podías venir a mi casa, pero no te preocupes – intento no sonar muy decepcionado aunque claramente no lo logro.

Pasar un viernes por la noche encerrado en una casa viéndole ensayar o divertirse en una fiesta, SungMin sabía que no había elección alguna para eso, por lo que no quería arruinarle su noche, aunque una parte de él realmente esperaba que estuviera con él, como los viejos tiempos cuando eran niños.

— Oh – fue la escueta respuesta del otro. Y hubo un silencio incómodo.

— Bueno, diviértete – estuvo a punto de colgar cuando fue interrumpido.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2016 ⏰

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KyuMin ➳ The Last. ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora