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-¡Akari! ¡Despierta! ¡Vamos Akari, despierta!

Akari, es un nombre de origen Japonés, significa "Luz". Mi abuelo insistió durante todo el embarazo para que mis padres me pusieran ese nombre. Ellos se negaron durante mucho tiempo, pero cuando mi madre entró en su séptimo mes de embarazo mi abuelo desapareció misteriosamente. No dejó rastro alguno y jamás volvieron a saber de él. Lo buscaron incansablemente, recorrieron cielo y tierra pero no hubo manera de encontrarlo.

Mi nacimiento los sorprendió recorriendo una playa donde año a año la familia vacacionaba, ya entrada la medianoche. El hospital estaba a kilómetros y aunque mi padre manejaba a toda prisa fue imposible llegar.

Mi madre dio a luz en el auto y cuando escucharon mi llanto ambos se miraron y supieron qué nombre era perfecto para mí. Akari, que frente a una situación difícil se traduce en "La luz en las tinieblas".

Mi nombre, aunque extraño, carga en él muchas historias. De pequeña solía preguntarle a cuanta persona se me cruzase cuál era su nombre. Tenía un fuerte deseo por encontrar alguien que se llamara como yo, por supuesto eso nunca ocurrió. Pero con el correr de los años saber que mi nombre era único me hacía sentir un orgullo inexplicable y me gustaba jugar a que era especial. Amaba dormirme imaginando que algún misterio se escondía detrás de él.

Mi abuela también contribuía a mis delirios, todos los domingos cuando desayunábamos me contaba historias fantásticas donde mi abuelo me regalaba ese nombre porque él sabía que no podría verme crecer y quería dejar algo en mí. Algo que nadie más podría regalarme.

Mi abuelo era una persona extraña, sumamente amable y reservado. Mi abuela lo conoció en una biblioteca y se enamoró perdidamente de él al instante. Él estaba rodeado de libros, enfrascado en una investigación que continuaría por el resto de su vida. Elida creía fervientemente que fue esa investigación la que lo separó de nosotros. Ella, su compañera de toda la vida, la que pasó noches en vela cuidando a su amado, mirándolo admirada mientras escribía y tomaba datos que jamás mostró a nadie.

Él la amaba con todo su ser, solía decir que ella era su ángel. El ángel que llegó a su vida a ayudarlo a cumplir su sueño. Aunque nunca confesó cuál era ese sueño que tanto anhelaba y que lo mantenía en vela noche tras noche.

"La luz detrás de las sombras", el libro que Elida me regaló cuando cumplí mis 21 años perteneció a mi abuelo. Mi abuela me lo entregó junto con la nota que él le dejó a ella la noche en que desapareció.

Aún recuerdo el relató de mi abuela. Se despertó de madrugada sobresaltada, bajó las escaleras en busca de su amado pero él no estaba. Su escritorio estaba vacío, salvo por el libro y una nota que decía: "Como siempre te he dicho, eres el ángel que me ayudaría a cumplir mi sueño, ese día llegó. Este libro es para Akari, quiero que se lo entregues cuando cumpla 21 años, cuídala en mi ausencia. Yo me encargaré de hacer que su luz brille en las tinieblas."

Mi abuela cumplió, guardó el libro y me lo entregó en mi cumpleaños. Nunca pude leerlo, estaba en época de exámenes. Pero era tanto mi aprecio por él que lo llevaba a todos lados conmigo. Siempre estaba en mi mochila esperando el momento de ser leído.

Era un libro de tapa dura, de color negro. Su superficie era rugosa y tenía gravado su título en letras doradas, parecían de oro. Estaban dibujadas en letra cursiva y muy trabajada, a mano y denotando en cada trazo un estilo antiguo ya en desuso en la actualidad. Sus páginas eran opacas, escritas en tinta negra. Su trazo delicado, dibujado a pluma. En la parte superior de cada hoja un sello extraño con la descripción "Lux Tenebrarum". Un libro en latín lo traducía como "Luz en las Tinieblas".

Luz en las TinieblasWhere stories live. Discover now