"El problema no es crecer si no olvidar"
Han pasado ya cinco años desde que no he vuelto a ver esos árboles hermosos que tanto me gustaban, quisiera que hubieran venido conmigo; que tristeza a verlos dejado solos, en esos senderos repletos de hojas de oro, desearía volver a esa ciudad, donde puedo escuchar sus susurros queriéndome decir que la vida no es como parece, y que ellos han visto lo que las personas no pueden ver; pero eso ya no puede ser posible, la ciudad a quedado devastada por la guerra, esos árboles ya no existen, han quedado desechos. Aveces me quedo dormida, envuelta en un sueño profundo, sabiendo que el recuerdo a quedado en mi, sin lograr olvidarlo, soñando que puedo cambiar mi destino.
A empezado a llover, me acerco a la ventana para ver las hermosas gotas que se deslizan suavemente por el vidrio de mi ventana. Me recuerdan a las lluvias constantes que pasaban por mi casa, haciendo enormes charcos entre la calle de piedras. Cuando terminaba de llover solía saltar sobre los charcos acompañada de mi madre, que se encontraba sentada en un escalón, debajo de la puerta de entrada; cuando la miraba a los ojos paresia estar triste, pero tenia en los labios, una hermosa sonrisa pareciendo que esa era la realidad. Quisiera que estuviera aquí. Mi madre murió cuando yo tenia apenas nueve años, pues la guerra estaba bajo nosotros y me a dejado sola en estas tinieblas que no me dejan avanzar.
Párese que a terminado la lluvia, ya los grillos empiezan a cantar, creo que se a hecho de noche. Me alejo de la ventana, me dirijo hacia mi cama y me acurruco con la suave sábana color blanco, recordando como era mi vida hace muchos años.
Una leve brisa a venido a despertarme, acariciando mi mejilla suavemente, en una hermosa mañana del 5 de enero de 1842. Es día de mi cumpleaños, es el quinto año que lo tengo que festejarlo en este horrible edificio, con todas esas personas del orfanato. Quisiera estar de nuevo en mi hermosa casa donde podía festejarlo con toda mi familia. Todavía recuerdo el día en que todos murieron, dejándome sola, aquí, en esta porquería de ciudad. Me acuerdo que era día de navidad cuando todo empezó....
Eran como las 9:45 a.m, cuando salí corriendo de mi cama emocionada de lo que habría abajo, bajé las escaleras rápidamente, y los vi, hermosos como cada año. Había cuatro regalos envueltos en brillantes papeles de colores, cada regalo tenía una pequeña tarjeta navideña de diferentes formas; la mía tenía la forma de un copo de nieve, dentro de mi tarjeta estaba escrito mi nombre con una hermosa letra a mano escrita, dejé a un lado el copo y me concentre en lo que abría detrás de ese papel que envolvía mi regalo; lo tome entre mis manos y fui quitando el papel cuidando que no se maltratara, al quitarlo por completo me sorprendí al ver lo que estaba viendo.
-!Wou!-dije con emoción.En ese momento mi madre bajo por las escaleras y observo mi expresión de sorpresa -.Es hermoso ¿como supieron que quería este diario?, y no se diga del libro, es realmente impresionante.
-Tu padre me dijo que anhelabas mucho ese diario- contesto mi madre con una sonrisa -.Y como te has portado muy bien estos últimos meses, decidimos comprártelo. No sabía de que colores te gustaban entonces te lo escogí rojo. Espero que te haya gustado.
- ¿como no abría de gustarme?-le dije muy alegre-.¡Gracias mamá!
Me levanté de un salto y le di un abrazo, un beso en la mejilla y salí corriendo hacia mi cuarto alegremente con mi libro y mi diario. Me eché en la cama para mirar detenidamente mis regalos, tome el diario y lo abrí con cuidado con una pequeña llave. Acaricié sus hermosas hojas; que tenían dibujado en el contorno, una enredadera con una flor a final de cada una. Tome un lápiz y empecé a escribir suavemente un hermoso poema que me había dicho mi mamá cuando yo era más pequeña y me quedé sumergida dentro de esas páginas en blanco, que ahora se convertirían en mi vida.
El tiempo se fue volando pues ya era casi medio día cuando terminé de escribir. Me levanté de mi cama rápidamente, y coloqué el diario encima de mi mesa de noche, en ese momento mi libro resbalo de la cama y de el calló una pequeña nota, la tome entre mis manos y la comencé a leer:
para mi hermosa hija:
Querida Zahara, te quiero obsequiar este fantástico libro de aventuras. Lo he tenido desde que yo recuerdo, fue un regalo de mi padre a los 12 años. A mi me trajo muchas alegrías y aventuras que nunca olvidaré. Cuídalo con toda tu vida pues es el tesoro más preciado que tengo, es por eso que te lo doy a ti por que te amo mas que otra cosa en el mundo. Espero que te guste mucho.
Te quiere tu padre .
Terminé de leer el papel y tomé mi diario, y dentro de esas hermosas hojas coloque la nota. De pronto se escucho un enorme estruendo detrás de la pared. Escuche gritar a mi madre, salí corriendo del cuarto y miré hacia abajo por encima del barandal, no veía nada por la espesa capa de humo que se había formado por la explosión, le grité a mi madre pero no escuche respuesta.
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La vida del pasado
Novela JuvenilZahara era una joven de 15 años que vivía con su padre y su madre. Solía caminar por los senderos de una gran arboleda, con inmensos arboles de oro, pero un día todo eso cambio. La guerra estaba encima de ellos y bombardearon la ciudad en done viv...