Debo encontrarla

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Depués de la noche fallida de ayer, al llegar a casa Reiji me regaño por haber llegado tan tarde, no entiendo por qué lo hace, primero, ya debería de estar acostumbrado a recibirme a esas horas y segundo, somos vampiros, nocturnos, cómo no lo entiende, se supone que es el más listo de la casa.
Estaba cansado de anoche, aunque no haya hecho nada. No hacer nada cansa. Además de que no había podido dormir puesto que no conseguía sacar a esa chica mi cabeza, ah, el solo pensar en ella hacía que me sonrojara y la pensara en las mejores posiciones.
Me decidí por no perder más el tiempo y averiguar quién era. Me levanté de la cama de un salto y me vestí con lo primero que encontré, tomé mi sombrero y me encaminé a la puerta pero, como siempre, Reiji me detuvo, agh.
- ¿A dónde vas?
- Solamente quiero dar una vuelta, estoy aburrido de estar encerrado.
- Bien, solo no hagas estupideces y vuelve antes de la hora de la comida. - me dio una última mirada desdeñosa y desapareció.
- Claro mami - susurré divertido y me fui.

Decidí ir a buscarla, pero no sabía por dónde empezar, la ciudad era muy grande y no conocía gran parte de ella, solo los antros, bares y clubes, claro está. Hasta que recordé que ella traía consigo un libro en mano, fue entonces cuando me decidí ir a buscar a las librerías y bibliotecas de por aquí. Y casualmente, estaba pasando frente a una en ese instante.
Cuando entré no había mucha gente, pero varias chicas voltearon a verme, la mayoría se quedo concentrada en sus libros luego de observar hacia dónde estaba, pero no era tiempo de aventuras, quería saber quién era ella. Me acerqué a las chicas a preguntarles si la conocían o habían visto. Solo una me contestó y fue para decirme que ella nunca venía a esta librería, sino a una que estaba a unos kilómetros de esta. Agradecí y fui en su búsqueda.
Una vez dentro me acerqué al muchacho de la caja.
- Disculpe, ¿no habrá visto a una chica morena, cabello negro y ojos azules por aquí? - el solo me miró y apuntó con la cabeza hacia unas mesas del fondo, donde ella estaba.
Encontrarla fue bastante fácil, ahora venía lo complicado. Mientras me acercaba tomé un libro de la repisa y me puse a su lado, fingiendo que leía.
- ¿Qué lees? - pregunté, sobresaltándola, me miró mal y volvió a su lectura.- Hey, no me ignores de nuevo, solo quiero entablar conversación, vamos dime ¿cómo te llamas?
- Te creo poco, sabes, ni siquiera te conozco y ya hay varias cosas que se de ti. Eres de esa clase de chicos que hace que las chicas los persigan con una sola mirada, la clase de persona que solo piensa en sí mismo, la clase de persona que juega con los demás por diversión o satisfacción, lo único que quieres conseguir de mi es un revolcón, el cual no conseguirás haciéndote el interesado en mi.
Wow! Esto era mucho, me leyó completo, al menos ya sabe lo que quiero hacer, pero cada vez me interesaba más.
- Bien, la mayor parte de lo que dijiste es cierta, pero fallaste en algo. - le dije sonriente.
- ¿En qué? - se estaba enojando.
- Yo si conseguiré hacerte mía, bitch-chan - susurré en su oído y lamí su oreja. Solo pude ver su cara de terror mezclado con asco antes de tele-transportarme a la mansión.

En la librería, la chica solo estaba mirando al vacío, pensando en lo que acababa de pasar, quién se creía ese sujeto para tratarla así, pero el no sabía de lo que ella era capaz si la tocaba de nuevo, no sería fácil de conseguir, nunca lo fue, Laito Sakamaki se las vería con ella, el sería quien caería.

Será mía {Laito Sakamaki}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora