Capítulo 2

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El timbre de entrada sonó, por lo que Emily, Justin y yo entramos al colegio. Justin fue a su curso y mi mejor amiga y yo al nuestro, 4to F. Nos sentamos en nuestro lugar de siempre esperando a nuestras amigas, nuestro grupo y nos pusimos a planear cuando actuar. Quedamos en que a principio de la hora de Literatura, el profesor siempre me había tratado bien, así que seguro aceptaría.

Eché un vistazo al horario: la primera hora era Matemática. Suspire. Era la que peor me iba, pero tenia que pasarla.

Las horas fueron pasando hasta que llego el recreo anterior a la clase de Literatura. Nos juntamos Justin, Emily, Sophie, Matias y Micaela en un lugar del patio a terminar de arreglar. Mis amigos me preguntaron si prefería hablar o no, dije que no, pero que no quería estar sola. Ellos se quedaron a mi lado hablando sobre lo que iba a pasar en unos minutos.

- Hoy se hará al fin justicia. - dijo Matias.

- ¡Sí! Por fin se van a dar cuenta de que existimos. - dijo Micaela.

- Es más, se van a dar cuenta de lo que nos hicieron, que es aun mejor. - dijo Justin.

- Clara, sos nuestro sinsajo. - me dice Sophie, mirandome.

- ¿Sin.. qué?

- Sinsajo. Así se llamaba en los juegos del hambre a la líder de la rebelión.

- Si tu lo dices.

El timbre sonó. Todos fueron al aula, excepto Justin. Besó mi frente y me dijo:

- Sé valiente. Y no lo olvides, como dijo Sophie, sos nuestro sinsajo. O nuestro benteveo- estuve a punto de preguntarle, pero me interrumpio-. Es un pájaro, pero a partir de ahora, tu nuevo apodo. Cambianos la vida, benteveo.

Justin me sonrió y se fue. Yo solté un suspiro y me senté en mi asiento de siempre, con Emily a mi lado. Todos hablaban entre ellos, no pensando que en unos minutos mi declaración cambiaria su día. O tal vez sus vidas.

El profesor Holms entró saludando a todos como lo hacia normalmente, como si fueramos sus amigos y no sus alumnos. Estuve por hablar en ese momento, pero era mejor dejar que le profesor se acomodara y luego ir. Holms comenzó con algo de analisis sintáctico, aburriendome al máximo. Como vi que toda la clase estaba aburridísima, decidí que era hora. Me levante de mi asiento y camine hacia el frente del salón donde el profesor estaba.

- Profesor, yo, quiero decir unas palabras. Ya que es casi fin de curso y, bueno, ¿Puedo?

- Sí, como no, Clara- me dijo y se dio vuelta a la clase. Luego de hacer que todos le prestaran atención, dijo-. Chicos, Clara les quiere decir algo. Por favor, escuchen.

El profesor se sento en mi lugar. Mire a los demás: solo mis amigos y unos pocos me prestaban atención. Los demas tomaron esto como hora libre. Tome aire y me repeti a mi misma las palabras de Justin. "Sé valiente. Y no lo olvides, como dijo Sophie, sos nuestro sinsajo. O nuestro benteveo. Cambianos la vida, benteveo."

- Hola, bueno, yo se supone que tendría que decir algo como "los voy a extrañar mucho, gracias por todo" o asi, pero no. Desde que llegue a esta escuela me odiaron, me burlaron, me excluyeron. Por lo que yo y mis amigos, somos parte de los antisociales, de los excluidos, "del grupo aparte". Quiero agracerles. Gracias por todas esas burlas, por esas veces en que les hablaba y hacian que no existía, por esas veces en que si hacia algo malo se reían de mí. Gracias por hacerme sufrir, tener que fingir una sonrisa frente a mis amigos cuando en realidad me estaba derrumbando dentro mío, por tener que fingir que estaba bien, que no me importaba lo que decian. Son los mejores, chicos- dije. Se produció un silencio de tumba. Estuve por irme, cuando pense en lo que me dijo Justin y agrege-. Ah, solo recuerden que sus cinco minutos de burla, en mí se provocaban noches de llanto, días de sufrimiento. Son literalmente... una mierda.

Todos me miraban. Algunos con odio, quizás por decir la verdad, y otros con pena, quizás dandose cuenta lo mal que me hicieron. Me acerque al profesor para sentarme.

- Em, Clara, ¿Por que no vas al baño o a tomar algo de aire? - me dijo, sin saber como iba a reaccionar.

- De acuerdo. - dije, llendome del curso.

Me sentía gloriosa, fantástica, genial. Me fije que nadie me veía y empecé a festejar por mi logro. Pero algo paso. Cuando pise las baldosas frías y sucias beige del baño, entré en crísis. Corrí al final del pasillo y me tire al suelo contra la pared de gólpe. Apoye mis codos sobre mis rodillas y metí mi cabeza en mis brazos. ¿Qué me pasaba? Hace segundos me sentía genial y ahora estaba debastada. Debe ser por la declaración. Si, seguro. Quizás sea porque con esta acción mi vida cambió por completo.

Estoy bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora