6.-Vida nueva 2/2

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Maratón 2/5.

-Soy Sirène Cervantes.- Me presenté...

.....

Piper solo me sonrió cálidamente.

-Bueno, nosotras ya hemos terminado de desayunar. Sirène, ¿quisieras ir con nosotras a la playa, luego de que termines de comer?.- Me preguntó Piper.

-Si.- Fue mi respuesta.

-¿Te puedo llamar Sire?.- Me preguntó tímidamente Piper en compañía de una dulce sonrisa.

-Claro.- Respondí para luego tomar otro trozo de mi comida.

-Sire, ¿tienes bañador? Si no, te podemos prestar uno.- Me pregunta Annabeth.

-Ni siquiera se que es eso.- Confieso con una risita.

-Luego te lo explico.- Me responde con una sonrisa.

    Se sientan y empezamos a hablar de temas tribales y me explican una que otra cosa que no entendía. Piper me cayó bien enseguida; pero cuando vi su cara de estar pensando en alguna travesura al decirme que ella me prestaría ropa y me ayudaría a comprarla y escogerla, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

    Pasó alrededor de tres cuartos de hora y Nico no llegó. Les dije que le llevaría a Nico de desayunar y les pregunté avergonzada que le podía llevar. Me dijeron una cosa rara que llamaron "cajita feliz"; la cuál, al ver mi confusión, pidieron por mi. Me dieron tres cajas rojas con amarillo, las cuales agarré para luego emprender mi viaje -prácticamente de regreso- a la oscura cabaña de Hades.

    Llegué y entré sin tocar. Encontré a Nico echado boca abajo en su cama con una pierna de fuera, durmiendo pacíficamente. Coraje, fue la sensación que me recorrió. Ni siquiera se por qué me preocupo por el, pero tiene que comer. Lo vi y se me ocurrió una idea en venganza.

    Me acerqué lentamente, bajé mi cabeza a la altura de su oído y...

-¡NIIICCOO!- Grité, causando en el que se caiga de su cama y en mi una sonora carcajada, teniendo por respuesta una mirada fulminante que ignoré.

- No venías a desayunar, así es que les pregunté a las chicas que podía llevarte. Tienes que comer.- Le dije una vez recuperé el aliento.

-No quiero.- Dijo.

-Si, venga. Hasta pregunté que te gusta. Te traje "cajas felices" o algo así.- Le entregué las peculiares bolsas. Y por un instante -no sé si fue mi imaginación o no- vi una pequeña sonrisa en sus labios y un brillo en los dos trozos de obsidiana que tenía por ojos.

-Gracias.- Me respondió algo seco.

-De nada. Anda, come; que no me iré de aquí hasta que te hayas terminado todo.- Dije. No me respondió, solo abrió una de las cajas color rojo y se dispuso a comer algo extraño dentro de otra cajita.

-Esta es la comida más deliciosa del mundo, te aseguro que hasta más que la ambrosía.- Afirmó, a la vez que le daba un mordisco a la cosa grasienta que sacó.

-Se ve a millas que es más grasa que comida.- Le reprendí.

-Pero es deliciosa. Prueba.- Dijo, para acto seguido pasarme una especie de tubito color amarillo.

-Son papas a la francesa.- Me explicó a la vez que yo le daba un mordisco al tubito grasiento que me pasó.

-No sabe mal, pero tiene mucha grasa. Además, yo ya desayuné.- Opiné; pero me acabé la "papa".

-Ya no me hables, me has ofendido.- Dijo, moviendo su rostro hacia un lado y plantándome su mano enfrente.

-Ya deja el drama, Di'Angelo.- Logré decir a duras penas a causa de mis carcajadas, a las cuales se unieron otras más varoniles.

    Y así, señores, es como se pierde un día completo.

.......

Perdoooooooooooooon. Estoy enferma y hubo un error ayer, creí que lo había publicado pero resulta que no. Solo fue un desliz, hoy también publicaré el capítulo 3/5; el maratón seguirá su curso normal.

Ciao.

Laura apenada y mocosa Arias.

Mi Pequeña Gitana (Nico Di'Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora