I can't hold it any longer || Demian (1)

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El cuerpo desnudo de Ellie sobre la cama, cubierto solo por la delgada y casi traslúcida sábana blanca, era inspirador... Cualquier hombre se sentiría dichoso de tener a una mujer así, incluso si sólo fuera por una noche. "Te amo" fue lo que me había dicho entre lágrimas y rabia... Lo hizo justo antes de que le callara los labios con un beso y le arrancara el pequeño vestido rojo que traía puesto.

Y ahora, sentado al borde de la cornisa del gran ventanal al lado de mi cama, vestido solo con los jeans que traía la noche anterior, me recriminaba el hecho de que había callado a Ellie no por excitación ni porque la amara igual... Si no porque hasta ese instante me sentía demasiado cobarde para decirle la verdad. Ellie ahora despertaría creyendo que habíamos hecho el amor cuando en realidad sólo había sido sexo. No la amaba, y eso me mataba porque Ellie se merecía ser amada... más que nadie.

La calle se escuchaba silenciosa aún, y el cielo empezaba a pintarse con los colores del amanecer... Tenía poco tiempo para quedarme allí antes de que Ellie despertara, y sabía perfectamente que cuando lo hiciera y no me viera a su lado le rompería el corazón... Otra vez.

Pero la decisión de amarla o no amarla no dependía de mi, en absoluto... Era algo que estaba fuera de mi poder, lejos del alcance de mis manos. Mis sentimientos simplemente le pertenecían a otra persona... Y era ella, la que me volvía loco. Ellie jamás podría conocerla, jamás lo entendería... Y nunca me lo perdonaría.

Su cuerpo se removió sobre la cama y el cabello rubio se le enredó más entre las almohadas... No tardaría en darse cuenta que no estaba a su lado y despertaría. Contuve la respiración por unos segundos y me levanté de donde estaba... Tomé la camisa con la que estuve la noche anterior y me la puse mientras caminaba hacia la puerta del departamento... Recogí mi chaqueta de cuero que estaba colgada en la pared del recibidor y cerré la puerta a mis espaldas de modo sigiloso.

Abandonar aquel espacio resultó en un sorprendente alivio, prefería omitir de mi mente la imagen de Ellie despertando decepcionada. Sabía muy bien que no podía continuar jugando con ella sin decirle la verdad, pero algo me ataba a Ellie aunque no fuera lo mismo que me ataba a la otra mujer...

Es bastante extraño referirme a ella como "La otra mujer" pues en realidad no hay ninguna más a quien ella estuviera sustituyendo... Era única y por eso no podía sacarla de mi cabeza.

"Si tan solo no fuera ella..." una de mis manos se transformó en un puño, y aunque estuve muy apunto de pegarle a una de las paredes del pasillo mientras bajaba las escaleras para salir del edificio logré contenerme y meter ambos puños en los bolsillos justo antes de que una pareja de personas mayores cruzara el camino escaleras arriba. Saludé y no obtuve respuesta, quizá por mi apariencia de aquella mañana...

Ellie no era mi tipo de chica, generalmente iba por una con gustos más parecidos a los míos. Yo no pertenecía a la clase social baja, pero frecuentaba sitios a los que no muchas personas se atreverían a ir. Bares clandestinos en sótanos sin ninguna señalización, discotecas suburbanas donde podían entrar desde criminales hasta menores de edad "rebeldes" que se habían escapado de sus casas... Conocía de peleas callejeras y de precios, precios para todo... Y, sinceramente, era la adrenalina de estar en ese lugar lo que me llamaba tanto la atención. Ellie en cambio... era una chica de la alta sociedad, vestida de blanco de pies a cabeza... Bebía champagne cuando la conocí, tenía la manicura recién hecha y llevaba la boca pintada de un color rojo tan bonito que por un momento pensé que era el color natural de sus labios.

Cuando mi relación se formalizó con ella, nadie pudo creérselo... Era una en un millón y había elegido a un cualquiera. Y sin embargo me estaba dando el lujo de ilusionarla, enamorarla... Y engañarla diciéndole que yo sentía lo mismo.

STARDUST: ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora