In crescendo

1 0 0
                                    

Al despertarse al día siguiente Adán se notaba un poco incómodo, por llamarlo de alguna manera. La noche anterior, que se suponía que iba a ser fantástica, había terminado siendo una decepción enorme y ahora que había "perdido" al ídolo que llevaba tanto tiempo admirando se sentía un poco perdido.

Al menos después de darle vueltas al asunto, había decidido que la mejor manera de empezar a terminar con la carrera de Conti era ser mejor que él. Y para eso tenía que practicar,practicar y pratictar porque aunque Conti fuera un idiota y no se lo mereciera, su talento era innegable.

Adán ni si quiera se percató de las horas que pasó dándole vueltas a la cabeza, sólo sabía que cuando había comenzado todavía había luz fuera y ahora ya estaba atardeciendo.


De repente escucho cómo alguien picaba en la puerta de su habitación. Cuando Adán abrió vio a Mónica, que estaba sonriendo y parecía bastante contenta.

- Tengo unas noticias fantásticas. ¿A que no sabes a quien le han ofrecido un contrato para grabar un disco de duetos con otro pianista super famoso? - le dijo Mónica mirándolo pícaramente.

- ¿¡En serio!? ¿Y con quién? - preguntó Adán emocionado.

- Oliver Conti - contestó Mónica.

- ¿Qué? ¡Ni hablar! ¿Es que no viste lo que pasó ayer en la fiesta? - contestó Adán con su enfado en aumento.

- Lo se, lo se - le interrumpió la mánager en tono conciliador - pero no deja de ser uno de los músicos más famosos aunque sea un poco... díficil trabajar con el. Sabes que esto ayudará a tu carrera.

- ¡Ya pero...!

- ¿Acaso rechazar esta oportunidad no es lo mismo que lo que te ha enfadado tanto de Conti? ¿No estarías dejando pasar esto por sentimientos personales?

- ¡No es lo mismo!

- Lo es. Y los sabes.

- Deja que lo piense. Te llamaré más tarde para darte una respuesta - respondió Adan sintiéndose ya un poco derrotado.

Mónica dejó el sobre que llevaba con la información y los detalles de la colaboración encima de una mesita cercana a la puerta.

- Estaré esperando tu llamada - dijo ella mientras se marchaba.

En el fondo Adán sabía que Mónica tenía razón. Grabar un album con Conti le ayudaría mucho en su carrera, que aunque en los últimos dos años había conseguido una fama nada desdeñable todavía estaba lejos de la popularidad que rodeaba a Conti. Y rechazar la oferta únicamente porque no le gustaba el otro pianista era una idiotez.

Es más, el mundo estaba lleno de artistas que no se soportaban pero que trabajaban bien juntos.

Después de darle vueltas durante un buen rato pero llegar siempre a la misma conclusión cogió el teléfono con un suspiro y marcó el número de su mánager para decirle que aceptaba la oferta.

Sólo esperaba que la grabación no acabara siendo un infierno.


Adán se levantó esa mañana con una sensación de agarrotamiento en el estómago. Fuera lo que fuera que pasara hoy iba a tener que aguantarse, hacer de tripas corazón y trabajar con Conti durante bastante tiempo.

La oficina dónde tenían que reunirse estaba en La Défense y era un impresionante edificio hecho de acero y cristal oscuro. Viendo el edificio ya se hacía a la idea que este proyecto iba a tener unos fondos generosos y que posiblemente el dinero no iba a ser un problema.

Piano SonataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora