1.

609 86 24
                                    

❮❮Omnisciente❯❯

Después de la hermosa noticia de que Manuel estaba bien, tuvieron que esperar unas horas más. Les molestaba, pero era necesario.

Edgar estaba temblando, intentaba no llorar de felicidad; muchas emociones a la vez. No sabía como explicar de como se sentía en esos momentos.

Cambiando un poco de tema; Minutos después Jaime había llegado, buscó con la vista a su preciado moreno, y cuando lo encontró corrió como weón para ir a a abrazarlo, el cuál fue correspondido junto a unas lágrimas.

Todo parecía ser color de rosa.

No sabían cuanto tiempo llevaban en el hospital, pero se había hecho de día, y ninguno tenía una pizca de sueño. La emoción había quitado todo lo negativo.

—Ejem, soy yo, otra vez –Habló el mismo doctor de antes, llamando la atención de cada uno–. Pueden visitar a Manuel, pero sólo uno por hora.

—¡Edgar, ve tú! –Le dijo Vicky con una pequeña sonrisa, el mencionado la miró algo sorprendido. Pero no se negaría.

Fue junto al doctor con una pequeña sonrisa, intentaba no saltar de la emoción y abrazar al hombre que había ayudado a salvar la vida de su Yelito.

—Aquí está –Dijo mientras se detenía frente una puerta–. Estará un rato, queremos que cada uno de los familiares lo vea, así que diga lo necesario.

Optó por asentir acompañado de una pequeña sonrisa, abrió la puerta rápidamente y entró a la habitación, aún con esa estúpida sonrisa.

—¡H-Hola! –Saludó Edgar al ver la cara de asombro de Manuel, se acercó a este y lo abrazó–. ¿Estas bien?

—S-Sí, algo cansado, pero estoy bien –Correspondió lentamente el abrazo de su mayor, con una pequeña sonrisa.

—No me hagai' más esto, maricón de a'peso –Manuel rió por lo bajo y asintió.

Rompieron el abrazo porque Edgar ya estaba pensando que asfixiaba a su contrario. Ahora lo cuidaría mucho más que antes, como si se tratara de un frágil y perfecto cristal.

—Y... ¿Q-Quién está afuera? –Pregunto de la nada Manuel, algo (muy) sonrojado por la mirada fija del ruliento.

—Ehm... Está tu madre, el Nico y el Jaime.

—¿E-El Jaime?, ¿no que se habían peleado? –Se exaltó al escuchar al antes dicho, Edgar como respuesta levantó sus hombros.

—Eso no me importa, me importai' tú.
Edgar rió al escuchar que la máquina de palpitaciones (N/A: No recuerdo como se llamaban) de Manuel sonaba un poco más rápido, sabía que había lo puesto nervioso.

—¡C-Callate weón! –Se empezaron a reír como estupidos por lo "gay" del momento.

Después de unos minutos más otra vez llegó el doctor junto a Nicolás, lo cual extraño a ambos enamorados.

—¿Y m-mi mamá? –Le costaba un hablar, no debería de mentir.

—Oh, ella se fue un momento –Habló rápidamente Nicolás–. Fue a preparar las cosas para cuando llegues, volverá pronto.

Edgar se despidió obligado de Manuel, y se fue nuevamente a la sala de espera, no sin antes de darle un pequeño beso en la mejilla al antes dicho.

Cuando llegó fue directamente a Jaime, él cual miraba el suelo con una pequeña sonrisa.

—Ya weón –Habló seriamente Edgar hacía su contrario, este lo miró esperando que continuara–. Dime, ¿qué wea le querí' hacer al Nico? No quiero como respuesta nada cochino.

Jaime rió algo fuerte al escuchar eso—. Tranquilo, no le haré nada malo. Solo quiero hacerlo feliz.

—Sili quiiri hicirli filiz –Se cruzó de brazos, fingiendo molestia–. Te entrego a mi mejor amigo, pero sí lo hací' llorar otra vez te saco la chucha.

—Me parece justo –Estrecharon manos sellando el "trato".

Edgar estaba más que feliz, no sabía que acababa de pasar, pero le gustaba. Ese era su segundo mejor día; el primero fue besar a Manuel, obviamente.

✿❀✿❀✿❀✿❀✿❀✿❀✿❀✿❀✿

Together Forever ➳Edyelo|SeasonTwo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora