Narcissist Syndrome [Kino | PENTAGON]

008: Confesión

JunGyul

Habían demasiados espejos cubriendo cada extremo de forma extraordinaria, jamás había visto un escenario como este y me fascinaba. Pero me extrañaba que Hongseok no apareciera en esta atracción, él dijo que me iba a seguir.

Comencé a caminar hasta la salida, pero pasó lo que jamás pensé que pasaría: La puerta estaba cerrada.
Mi mirada se fue hacia mi alrededor. Lo que antes me había llamado la atención como algo extravagante y lindo, ahora era aterrador y fantasmagórico.
Pensé que sería una broma de mal gusto de Shinwon, y empecé a reír para que él escuchase si es que estaba al otro lado de la puerta... Pero no, no estaba. Entré en pánico.

—¡Yah!—grité y pude notar como mi voz se transformó en un eco que pareciera estar chocando contra cada espejo y volviendo a mis oídos—¡Ayuda! ¡La puerta se atascó!

Seguí golpeando la puerta para que alguien me oyera, pero el material era tan grueso que estaba segura que nadie podía escucharme desde afuera.

Me dejé caer en el piso y me llevé las manos a la cabeza. Mi mirada se fue directamente al piso y me resigné a esperar a que alguien viniese a este lugar e hiciera un rescate heroico.

—¿Jun Gyul?

Sentí mi nombre de repente, seguido de pasos acercándose a mí. Alcé mi mirada y me encontré con la mirada nerviosa de Hyunggu... ¿Tanta era mi mala suerte  quedar atrapada en el mismo lugar que este chico?

—¿Qué le pasó a la puerta? —exclamó él y comenzó a forcejear contra la manilla. Inútilmente.

—No funcionara de nadie. Está cerrada desde afuera.

Hyunggu soltó aire acumulado en sus pulmones y se dejó caer lentamente hasta mi costado derecho.

—Tenemos mala suerte —dijo él, luego de algunos minutos en silencio.

—Hmm, sí.

Miré de reojo a Hyunggu y él jugaba con sus manos. Estaba nervioso y no podía negarlo.

—¿Te ocurre algo? —le pregunté y él alzó su mirada hacia la mía y comenzó a negar repetitivamente con su cabeza.

Nuevamente el silencio nos envolvió, hasta que Hyunggu carraspeó, llamando mi atención completa.

—Ehm... Jungyul, ¿No tienes nada qué decir?

Lo quedé mirando desconcertada. No tenía idea a qué se refería.

—¿De qué estás hablando? —cuestioné, con mi entrecejo levemente fruncido.

—Ya sabes... sobre nosotros...

—Hyunggu, lamento decirlo de esta manera pero... jamás ha existido un nosotros.

Hyunggu sonrió levemente. Tenía una mueca de ironía que empezaba en sus labios y terminaba en sus pómulos. Se veía disgustado con mi respuesta.

—No seas ególatra. No me refiero a relación, me refiero a una disculpa... Tú me debes una disculpa —su tono había cambiado. Ya no sonaba tan sereno como cuando habíamos comentado a hablar. Ahora se escuchaba resentido.

—No tengo nada con qué disculparme, Hyunggu. Jamás he cometido nada malo en contra tuya.

—¿Segura? —me preguntó, mordiendo su labio expresando que ya quedaba poca paciencia.

—Segurísima—respondí y él chasqueó su lengua en forma de desaprobación.

—Ah~ las chicas como tú jamás admiten sus errores.