Capítulo I: De Vuelta a Gotham (Editado 6/8/17)

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El despertador sonó; yo quería dormir más pero no podía. Me levanté de la cama y me estiré para luego ir al baño para empezar otro día sin mis padres. Así es, pasó un tiempo; para ser precisa falta un mes para que mis padres cumplan 10 años de muertos. Ahora tengo 14 años.

Empecé a vestirme. Una blusa sencilla de tirantes color azul marino, un flannel del mismo color que luego de empezar a abotonar decidí dejármelo abierto así que desuní los tres botones que estaban colocados, metí la blusa por debajo de mi pantalón que era de talle alto, un poco ajustado y con algunas roturas entre los muslos y las rodillas.

Luego vi unas botas militares negras en la esquina de la cama por afuera. Miré por la ventana y pensé que no sería un mal día para usarlas. Después de todo, si llovía no se me mojarían. Así que aún descalza busqué mis medias y me las puse, para luego empezar a atarme los cordones asegurándome de que estaban lo suficientemente bien apretadas para que no se me desataran tan fácil.

 Así que aún descalza busqué mis medias y me las puse, para luego empezar a atarme los cordones asegurándome de que estaban lo suficientemente bien apretadas para que no se me desataran tan fácil

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Elena, despertaste temprano.

—Hoy es lunes.

—No, es domingo.

—Demonios. Bueno, al menos podré ayudarte en el bar de Fish—Mi tía me miró mal—... Ella no está aquí, así que no lo sabe.

Así es, ayudo a la tía Diane en el bar los fines de semana como una camarera/cantante; sabía que estas chicas tenían que vender sus cuerpos pero como soy menor de edad y Fish Mooney tiene compasión de mí por alguna razón no me toca hacer eso, y qué suerte porque no me agrada mucho que digamos. Mientras tanto, he aprendido muchas cosas durante los últimos 10 años que me ayudarán por si pasa algo.

—Hola, Elena.

—Hola, señorita Mooney.

—¿Sigues ayudando a tu tía como siempre?

—Sí.

Caminé un poco más y me topé con cierta persona.

―Hola, Oswald.

―Hola, Elena.

―Te veo en cinco minutos, luego de cambiarme―Y allí volví a caminar.

―Lindas botas militares, Lena—me susurró.

―Gracias, Oswie.

Luego de un día de trabajo decidimos ir a tomar yogur helado e ir a casa. Cuando llegamos, empiezo a tener un mal presentimiento. La puerta estaba abierta, pero las luces seguían apagadas, las enciendo y no hay ningún cambio en algún lugar de la casa.

Elena, tengo que decirte algo muy importante.

—Claro, dímelo.

—Es sobre aquella noche—con "Aquella noche" se refiere a la noche en la que mis padres murieron.

Gotham Cittá: El ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora