A Irene le gusta mucho experimentar con algunos de sus amigos para probar sus inventos. Un día, prueba con Bonnie su nuevo invento: el rayo rejuvenecedor. Esto hace que Bonnie vuelva a ser un niño de 6 años. Pero la pega es que no se puede revertir...
11 A.M. Nuestros lindos conejitos dormían juntitos abrazaditos... ¿Qué estoy diciendo? Bon dormía a pierna suelta mientras que Bonnie dormía encima de su barriga con su cabeza sobre el pecho del mayor. Fue abriendo los ojos lentamente, al empezar a notar cómo subía y bajaba al ritmo de la respiración del peliazul. Se levantó pesadamente para luego sentarse sobre el pecho de este y acercarse a Bon para darle toques en la nariz, intentando despertarlo.
- Bon... Bon... Bon...- el pelimorado se empezó a hartar hasta que le tapó la nariz, pellizcándosela- ¡Despierta ya, vago!
El peliazul gruñó por lo bajo, abrazó a Bonnie y se giró sin soltarlo, enrollándose en las mantas.
- ¡Bon! ¡Levántate tonto, me asfixias!- Bonnie intentaba soltarse del agarre del mayor, pero este era más fuerte que él.
- Mmm... no quiero. Aún tengo sueño- Bon no abría los ojos, pero se reía en silencio. Le hacía gracia el oír cómo Bonnie se enfadaba. Era adorable.
El pequeño, ya molesto, empezó a tirar de la sábana que los tapaba, haciendo que Bon rodara y cayera al suelo de cabeza, mientras que él se tapaba y reía victorioso.
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- ¡Oye! ¿Y eso?- Bon se quedó en shock por la acción del pequeño.
- Pues si tienes sueño, duerme en el suelo.
El peliazul se puso de pie, sobándose la cabeza, adolorido por el golpe que se había dado a causa de Bonnie. Miró desafiante al pequeño, que estaba girado dándole la espalda, aún riendo por su "travesura", y se acercó a él con una idea "diabólica" en mente.
- Pues si yo no duermo mis horas, me levanto con muy mal humor, y no creo que me quieras ver así, ¿no?- lo destapó y le empezó a hacer cosquillas sin piedad.
Bonnie no se contuvo y empezó reír con todas sus fuerzas. Era muy sensible en cuanto le hacían cosquillas. En cuanto el mayor vio que el pelimorado se empezaba a poner rojo por la falta de aire, dejó de hacerle cosquillas y se tumbó en la cama al lado de Bonnie y este rápidamente se subió encima de él, tomó su venganza y ahora era él quién le hacía cosquillas. No sabía por qué, pero al escuchar la risa de Bon sentía un cosquilleo en su estómago.
¿Así se sentía uno cuando se enamoraba? Pensó el pequeño.
Dejó de hacerle cosquillas y se quedó quieto, esperando que se calmara. Cuando lo hizo y abrió los ojos, tanto Bonnie como Bon se quedaron viéndose cada uno los ojos del otro. Se quedaban embobados siempre que se veían a los ojos. Inconscientemente, Bonnie fue acercándose a Bon, y este, como respuesta, sólo se sonrojaba cada vez más. Al final Bonnie sólo sonrió y le dio un besito en la punta de su nariz, haciendo que Bon casi se desmayara, haciendo al pequeño reír. En ese momento llamaron a la puerta y Bonnie se bajó de encima de Bon rápidamente un poco sonrojado por lo que acababa de pasar. ¿Bonnie... le había besado... voluntariamente? Bueno, solo había sido en la nariz, pero para Bon ya era mucho.