(Foto de arriba hecha por ladyangyko)
- Bonnie... ¿se puede saber a dónde me estás llevando?- Bon daba pasos torpes e inseguros, debido a una venda puesta en sus ojos y por tener a Bonnie de guía.
- Tranquilo maestro, es una sorpresa...- el pelimorado soltó una risilla, que le puso los pelos de punta al peliazul.
Unos pasos más adelante, el menor paró al mayor, diciéndole que lo esperara. Al cabo de un rato, Bonnie le quitó la venda a Bon, dejándole a la vista el sitio del parque donde siempre practicaban, sólo que ahora era un poco diferente, pues el árbol estaba en flor, dejando ver unos hermosos pétalos rosas, típicos de un cerezo. Como era tarde, el cielo estaba decorado con bonitos tonos anaranjados y rojizos. Además de que a los pies del árbol, se veían las guitarras de los dos chicos, una al lado de la otra.
- Bonnie, ¿qué... qué es todo esto?- Bon estaba muy sorprendido.
- Esto es para agradecerte todo lo que has hecho por mí durante este mes. No encontré otra forma para darte las gracias, y como te debía una práctica al principio del verano, pues me pareció buena idea practicar contigo, maestro- un sonrojo apareció en el rostro del menor.
- Yo... no sé que decir, Bonnie. Esto es perfecto- Bon cogió su guitarra, hacía ya tiempo que no la tocaba, y cogió la de Bonnie para dársela a él, quien la aceptó gustosamente.
- Pues no digas nada, sólo toquemos- se recogió su pelo en su típica coleta, haciendo que el calor se apoderara de las mejillas de Bon.
Se sentaron en el suelo, muy juntos, uno al lado del otro, y empezaron a tocar. Todo era perfecto, no había nadie rondando por aquel lugar, era muy relajante. Sólo se oía la música creada por ambas guitarras. Ambos se miraban de reojo, no sabían cómo, pero con sólo mirarse se transmitían millones de emociones hermosas. Sabían lo que pasaba por la mente del otro, y no evitaban sus sonrojos, sobre todo el peliazul. Y así pasaron toda la tarde, entre música y charlas. Bonnie le decía a cada rato a Bon que le agradecía por cuidar de él, mientras que Bon se avergonzaba cada vez más.
Decidieron escalar el árbol, bueno, más bien Bonnie quiso escalar el árbol. Primero lo escaló él, y luego ayudó a Bon a subir. Una vez arriba, Bon se sentó en una rama, recostado en el tronco, y Bonnie se recostó en sus piernas, siendo abrazado por el más alto y notando su cabeza sobre la suya. Rodeó con sus brazos los contrarios y fijaron su vista al atardecer. Era verdaderamente hermoso. El viento mecía sus cabellos, haciendo que también volaran algunos pétalos de flor.
- Esto es genial, ¿verdad Bon?- el mayor solo asintió con pesadez- ¿Pasa algo?- el pelimorado se giró para verle a la cara, la cual estaba como un tomate.
- Creo que sé cómo hacer que sea aún más genial- ahora la cara de Bonnie estaba roja-. Bonnie... te conozco desde hace ya mucho y...- el pelimorado le puso un dedo sobre sus labios, indicándole que se callara.
- Para, para, para... ya sé por dónde quieres ir, Irene me ha enseñado miles de fanfics donde tú siempre te confesabas empezando por ahí, y acabas soltando un mega discurso.
- Pues mira que lo tenía bien preparado...- el peliazul de desanimó, y Bonnie lo cogió de las mejillas.
- No necesitas soltarme ningún discurso para confesarte. Con todo lo que has hecho por mí, me has demostrado que realmente soy importante para ti- le sonrió tiernamente, causando que este también sonriera y le tomara de las mejillas.
- Tú sí me conoces bien- dijo acercándose más a él.
- Como la palma de mi mano- y se juntaron.
Lograron unir sus labios en un tierno y dulce beso. Ambos encajaban a la perfección, habían esperado mucho tiempo por aquel momento. Bonnie bajó sus manos hasta el cuello de Bon, y este hasta su cintura. Estuvieron así durante un rato, hasta que se separaron por la falta del aire. Se quedaron mirando a los ojos, perdidos en su mundo, y no tardaron en volver a unirse en un beso. Disfrutaban de los labios contrarios, sobre todo Bon, porque Bonnie había comido antes gomitas de mora, y sus labios sabían muy dulces. Al separarse de nuevo, Bonnie escondió su cara en el pecho de Bon, abrazándolo con fuerza, mientras Bon hundía su rostro en el cuello de este.
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Volviendo a ser joven (BonxBonnie) [1° Libro]
أدب الهواةA Irene le gusta mucho experimentar con algunos de sus amigos para probar sus inventos. Un día, prueba con Bonnie su nuevo invento: el rayo rejuvenecedor. Esto hace que Bonnie vuelva a ser un niño de 6 años. Pero la pega es que no se puede revertir...