Corazón Solitario

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 Ella tenía nueve años, y ya se sentía sola. Tenía nueve años, y no se quería a sí misma. 

Los días pasaban, y ella no estaba bien. De la única forma en que la pasaba bien era cuando se encerraba en su cuarto, y jugaba a ser una estrella del pop. Jugaba a que la gente la quería. 

Tenía diez, y no quería comer su postre favorito por miedo a engordar. 

Tenía diez años y su único amigo era Dios, porque parecía ser el único que la escuchaba a pesar de que no lo veía ni lo escuchaba, en su soledad Dios era su único compañero. 

Tenía diez años y no quería usar pantalones cortos, no quería mostrar sus piernas, mucho menos su vello corporal, sus compañeras se burlaban de éstos.

Tenía once años y sus sueños se iban muriendo. Su hermana le rompía la ilusión; "Tú nunca podrás ser cantante, porque no sabes cantar. Además, eres tímida, no puedes hacer nada" 

Ella se prometía a sí misma, que cuando tuviera quince años, ya no sería así, que sabría cantar, que sería linda y que no sería tímida. Ella estaba preparándose para cuando sea una adolescente. Ella soñaba con ser una adolescente extraordinaria. 

Tenía once años y prometía que al año siguiente, cuando empezara la secundaria, sería otra niña. Una niña bonita, increíble, divertida.

Tenía doce años, y ya no aguantaba. No quería seguir siendo la tonta de la clase, la inteligente, la callada, ¡ella quería ser como todas las otras niñas! 'Aguanta', se decía a si misma, 'ya tendrás quince y serás feliz'. 

Pero a veces no aguantaba, y quería morirse, pero ahogarse con la almohada no le servía, nunca aguantaba y terminaba sacándose la almohada de la cara y llorando. 

'Ya no puedo aguantar, por favor Dios, llévame contigo' 

Tenía doce años, y sólo quería que llegara la noche para rezarle a Dios, y suplicarle que si no podía llevarla con Él, que por lo menos, la ayude a adelgazar. 

Tenía doce años y se odiaba mientras se miraba al espejo. Tenía doce años, y se tiraba del pelo odiándose cada vez más. 

Tenía doce años y se sentía sola. 

Tenía doce años y le rompieron el corazón.

Ya tenía trece años, y sus quince llegaban cada vez más deprisa. No había cambios, sus esperanzas de ser una adolescente extraordinaria se iban yendo. 

Pero aún no perdía del todo la ilusión, porque era una niña, y las niñas sueñan. 

Tenía trece años y había alguien que la quería, su primer novio. 

Tenía trece años y volvieron a romperle el corazón. 

Tenía trece años... y ¿por qué le gustaba aquella chica? 

Tenía catorce años y tenía más miedos incluidos. Ya no era una niña, ahora era una adolescente, o casi. 

Tenía catorce años y soñaba con ser flaca y bonita. 

Tenía catorce años y había empezado a hacer gimnasia. 

Tenía catorce años y se odiaba como nunca antes. 

Tenía catorce años y vomitó. Dejó de comer. Comenzó a llorar más seguido. 

Tenía catorce años y se auto lesionó por primera vez. 

Tenía quince años y sus sueños no se cumplieron y estaba segura que nunca pasaría. 

Tenía quince años, y no quería ser quién era, no quería mostrarse. ¿Por qué le gustaba aquella otra chica? 

Tenía quince años y se ocultaba bajo el 'me gusta ese chico' 'me gusta el otro chico' 'quiero tener novio' 

Pero seguía sin ser feliz. 

Tenía quince años y se sentía más sola que nunca. 

Tenía quince años y ya no creía en Dios. Sus sueños eran sólo sueños. 

Tenía quince años y había bajado quince kilos, no comiendo y ejercitándose. 

Tenía quince años e intentó quitarse la vida. 

Ya tenía dieciséis años... y ¿qué podía decir? 

Sus sueños seguían sin ser cumplidos y ella no luchaba por conseguirlos. 

Tenía dieciséis años y no podía dormir bien, lloraba todas las noches y pasaba hambre. 

Tenía dieciséis años y había dejado de soñar con ser la artista a soñar con ver a sus artistas favoritos. 

Tenía dieciséis y lo consiguió. Formó parte de un público y cantó junto a sus cantantes favoritos. 

Gritó y lloró al ver a sus youtubers favoritos. 

Tenía dieciséis años y se sintió feliz por primera vez al poder abrazar a la persona que la hacía sonreír. 

Tenía dieciséis años y se prometió que dejaría de llorar. Se prometió ser feliz. Aceptarse. 

Tenía diecisiete años y creyó que no iba a poder lograrlo. 

Pero seguía teniendo diecisiete años, y lo consiguió. A pesar de que cada día debe luchar contra sus pensamientos. 

Puede decir que es una persona feliz. 

Tiene diecisiete años y puede decir que está viva. 




Entre LíneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora