Fijar prioridades.

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Escribir solo de ti es un acto egoísta, no eres el universo, no eres la única historia que merece ser contada, eres alguien más con cualidades únicas, y por únicas me refiero a que personalmente no las he visto en alguna otra persona, quizá alguien más las tenga, esa es una gran posibilidad. Pero repito, no lo eres todo, tal vez un cuarto, tal vez la mitad, pero jamás todo.

Así que bien, ahora escribiré a la Luna, ese grandioso satélite que nos vigila cada noche, aquel que nos sorprende cada tanto con sus espectáculos y es testigo de tantas cosas hermosas jamás contadas.

Escribiré a la lluvia, las lágrimas del mundo, la dicha de muchos y desdicha de otros.

Escribiré al viento, el tren sin rumbo que se lleva lo más débil que encuentre a su paso.

Escribiré al sol, la luz de nuestra galaxia, el anfitrión de cada nuevo día.

Escribiré al pasto, la alfombra más suave y grande del universo, donde los pies se sienten libres y seguros.

Escribiré a los animales, hijos de la tierra, amigos de distintos rasgos, tamaños y colores.

Escribiré a la tristeza, huésped permanente en el hotel de la vida, que de vez en cuando sale de viaje.

Escribiré a la felicidad, otra huésped que solo suele llegar cuando la tristeza se toma un descanso.

Escribiré a mis amigos, esas almas buenas e irreemplazables que me fortalecen cuando estoy apunto de caer y hacen de cada día algo mejor para mi.

Escribiré a mi familia, presumiré sus esfuerzos y maromas para salir y sacarme adelante.

Escribiré a la musica, placer de los placeres, sonidos dispuestos de forma única, capaces de apoderarse de nuestro ser.

Escribiré al mundo, a sus vicios, placeres, maravillas y horrores, a cada cosa que en él haya, a sus montañas, lagos, mares, océanos y bosques.

Escribiré a todo lo que despierte sentimientos en mi, a el cantar de las aves, a los autos pasar o al simple hecho de existir.

Escribiré aun hasta por lo más insignificante, hay suficiente papel y tinta, no desaprovecharé ninguna oportunidad, el tiempo corre y cada segundo vale oro.

EL TRISQUEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora