Cuando Los Muros Caigan

CAPITULO 1

Otro maldito día en esta estúpida fama, que acaso no puedo hacer nada sin que medio mundo me esté disparando con una puta cámara.

¿Por qué todos se burlan de mí?

¿Creen que no soy lo suficientemente bueno como para no sobresalir?

¿Los tiempos de las rimas abran acabado para mí?

Todos los días estas estúpidas preguntas golpean mi cabeza como el amanecer en la mañana, estoy harto maldita sea.

Pero hoy a las 6 vendrá una estudiante de intercambio de New York, no sé ni porque acepte que alguien viva en mi casa, serán 8 meses donde un desconocido o desconocida no lo se, vivirá conmigo, mientras estudia, ahggg!!!!! Todo lo que hago por Haili, ella me convenció que sería genial que alguien me acompañara mientras ella se va 1 año a Francia.

Solo espero que no me moleste y cause problemas.

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Eran las 6:30 cuando legue a esa mansión y toque la puerta.

Me abrió la puerta un hombre de edad madura como de unos 33, su piel era tan blanca y sus ojos parecían ser lo único que iluminaba su cara.

Hola me llamo Esther mucho gusto - le dije amablemte.

Me llamo Marshall- me dijo dándome su mano.

Pasa, no te quedes ahí parada, ven te mostrarte tu habitación - menciono, tomando mi equipaje.

Gracias, le dije entrando a mi habitación.

Las reglas son estas - menciono Marshall.

· No fiestas.

· No drogas

· No llegues después de las 3

· Respeta mi espacio

Ok no hay problema- le dije amablemente.

Perfecto, pues bienvenida, cualquier cosa mi cuarto es el último del pasillo.

Después de eso desempaque, y estuve pensando en mi familia, amigos que había dejado en New York, para aventurarme a un gran reto de vivir sola, sin nadie aquí, y con un famoso, con el que pasare casi un año viviendo con él , era difícil pero podre acostúmbrame.

Eran aproximadamente las 12 de la noche cuando decidí bajar a la cocina por algo de jugo, cuando vislumbré a Marshall en la sala escribiendo algo en su libreta.

Buenas noches- mencioné

Que hay- me dijo

¿Tienes hambre? - me pregunto

Poca, solo vine a tomar un poco de jugo.

Que te parece si te invito una hamburguesa, conozco un lugar lejano y con buen sazón.

De acuerdo, déjame subo por una chamarra.

Entre a mi habitación y tome la primer cosa que encontré, pero al salir hacia mucho frio mis manos de congelaban, mi suéter era demasiado delgado como para calentarme.

Al subir a la camioneta de Marshall, el observo que estaba frotando mis manos, así que me dio su sudadera.

Te morirás de frio - le dije, regresándole su sudadera.

No importa- me dijo regresándomela.

Todo el transcurso del camino él estuvo callado viendo directamente a la carretera hasta, que decidí romper el hielo.

¿Y cuánto llevas viviendo aquí? - le dije sigilosamente

Casi 14 años- contesto Marshall

Y dime que estas estudiando- me preguntó

Estoy estudiando para ser escritora y editora-

Wow!! Una gran carrera-

Si lo sé-

¿Y dime que música te gusta? - pregunto con un tono de interés.

Me gusta un poco de todo, excepto el rock, no es lo mío- dije haciendo una mueca, lo cual causo una pequeña sonrisa en Marshall.

Eso fue todo lo que hablamos hasta que llegamos a el restaurante.