CAPITULO 3

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Narra Marshall

Eran las 2:00 cuando escuche la puerta principal de la casa azotarse con gran fuerza, así que salí de mi habitación y baje corriendo, y vi a Esther llorando a lado de la habitación, no sabía como reaccionar, jamás había visto a alguien llorar tan intensamente, lo único que hice fue abrazarla y decirle si todo estaba bien, pero ella no me contesto, lo único que hacía era llorar, y así paso hasta que se quedó dormida, y la subí hacia su cuarto, me preguntaba ¿Qué había causado tanto dolor en ella?, ¿Cómo la puedo ayudar?.

Me hubiera gustado que alguien estuviera ahí cuando yo me derrumbaba en mis pensamientos, así que si puedo ayudarla, ¿Por qué no hacerlo?

Yo no podía dejar de pensar en que es lo que le habrá pasado para llorar de esa manera, pero juro que si alguien se atrevió a lastimarla lo matare.

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A la mañana siguiente me desperté temprano para nadar un poco, cuando escucho que alguien abre la puerta corrediza del patio y veo a Esther con una taza de té en sus manos sentándose en el pasto, así que decidí acercarme y preguntarle qué es lo que había pasado.

-Cómo estás?

-Mejor que ayer -menciono con la voz entrecortada-

-Que fue lo que paso?

-Alguna vez de has sentido tan poca cosa por comentarios de gente que no te entiende?

-Miles de veces.

-Bueno, eso paso ayer, solo puedo decir que las palabras no duelen lo que duele es quien te las dice.

- Sabes, que mierda importa que diga la gente tu sabes quién eres.

-Pero a veces sientes que todos los esfuerzos, todas las luchas nunca sirvieron que el vil resultado que recibes de todo eso, es que te juzguen.

-Me ha pasado pero, aprendí a ignorar todo lo que la maldita gente opine de mí, porque no me conoce, cuando la gente aprenda a sentir el dolor ajeno de alguien más puede llenarse de mierda su boca.

-Creo que pocas personas sabes hacerlo.

-Lo único que puedo decirte, es que les demuestres que no te afecten que tú sabes quién eres y aunque no te comprendan tu sabes porque haces las cosas.

- Creo que es una prueba mi padre de a mandado.

-Tu padre?

- sí , mi padre se llamada Dios

-Yo no entiendo porque Dios te manda cosas tan difíciles de superar?

-Yo creo que nunca te manda algo que no puedas superar, y si lo hace es porque tiene un propósito dentro de esta tragedia, o es para cambiar algo en ti o para que tu aprendas de eso algo.

Esas palabras de Esther, retumbaron en mi mente, después de tanta mierda en mi vida, nunca comprendí porque Dios lo hacía, pensé que me odiaba o simplemente no me quería, pero después de casi morir rezo solo para sentirme vivo y saber que él me escucha y por algo no morí aquella tarde.

Cuando Los Muros CaiganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora