Capítulo 8

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Por suerte hoy era sábado y no tendría que ir a trabajar, así que me levanto y me voy a la cocina para ver que tenía para desayunar.

Y mientras que desayunaba me acordaba de cómo el tren había pasado por encima de aquella mujer y de cómo lo había hecho con las otras personas.

Pero es que en definitiva no era mi culpa era culpa de lo que me había pasado hace diez años atrás. Una de las cosas que todavía no puedo sacármelo de la cabeza...

Anteriormente

Era un niño normal de 14 años, con su madre y su padre. Todo súper feliz, hasta este día.

Este día que tenía que coger un tren para ir a ver a mi abuela, que vivía en otra ciudad. Así que con mis padres fuimos a coger ese tren.

—Amaru, nos esperas aquí sentadito sin hacer nada. ¿Sí?

—Sí, mamá... —Entonces ella junto con mi padre se fueron a dentro de la estación a buscar el pasaje, para poder viajar.

Así que aquí estaba yo asentado en un banco de madera esperando tranquilamente a que mis padres llegaran para poder coger el tren.

Pero en ese momento pude escuchar una voz que gritaba desesperadamente: "¡¡Ayuda, por favor!!" Así que asustado por aquellos gritos, comienzo a correr para donde estaban mis padres, para avisarlos.

—¡Mamá, papa! —Les chillo cuando ya estoy a su lado.

—Hijo, que haces aquí te he dicho que te quedaras en el banco. —Me regaño mi madre.

—¡Pero es que hay alguien que pide ayuda!

—¿Quién hijo? —Me preguntaron los dos claramente preocupados.

—No lo sé solo escuche eso. Ayuda por favor.

Entonces los tres salimos corriendo en dirección a esos gritos. Cuando llegamos la escena que había delante de mí era extremadamente horrorosa para alguien como yo.

Delante de mí había una persona que estaba apuntando a otra con una pistola, mientras que la que estaba en el punto de fuego se encontraba en medio de las vías del tren. Mis padres intentaron quitarle el arma a la persona que estaba de espaldas a mí, pero en cuanto ellos hicieron eso la persona antes de que ellos se le pudieran acercar y quitársela les pegó un tiro a cada uno y yo, pobre de mí, en el suelo llorando como si mis ojos fueran las Cataratas del Niágara pero cuando levante la vista para ver si esa persona seguía ahí, vi como el tren atropellaba a la persona que estaba en las vías y claramente también pude presenciar como le pasaba el tren por encima, haciendo que aquella persona se partiera en dos.

Así que después de ver toda aquella escena mi infancia hasta los 18 años fue en casa de mi abuela, que como yo no podíamos soportar la idea de que mis padres ya no estuvieran más ahí.

Ahora

Y ahora solo puedo pensar en que hubiera pasado si yo no llego a escuchar aquellos gritos o que si no hubiera ido a buscar a mis padres...

En las vías del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora