Hallet x Felix Parte 1

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- ¿Y? ¿Qué quieres que vea?

Felix musitó, furioso por no poder llevarle la contra. Se veía demasiado serio como para contradecirle.

En un movimiento, lo tenía contra el suelo, su rostro contra el pasto, y la tierra que cubría aquel lugar. Abrió la boca para gritarle un par de insultos, pero lo que escuchó le calló la boca al instante. Levantó la cabeza, encontrándose con dos chicos besándose desesperadamente contra la pared del invernadero. Uno acorralaba al otro, encerrándolo entre sus brazos al tiempo que le comía la boca, y el otro, le rasguñaba la espalda, aguantando las ganas de encaramarse a su cuerpo.

Felix no se percató de lo mucho que su boca se había abierto.

"¿Qué mier...?"

De repente, sintió como Hallet le bajaba los pantalones, e introducía el dedo medio en su entrada, tan rápido, que a Felix casi se le pasó el detalle de que estaba húmedo. Se volteó tan rápido como pudo, a punto de soltar un improperio, cuando un flash de luz cegadora, le dio a los ojos, indicándole que Hallet había tomado una foto de su cuerpo entero.

Si lo de antes, lo había dejado paralizado, lo de ahora lo había dejado tan pálido como un fantasma.

Hallet esbozó una sonrisa seductora. Estaba claro que lo había planeado desde antes, pero Felix jamás habría imaginado que aquello pasaría.

El mayor se acercó por detrás, aprovechando la posición que el menor había adoptado sin percatarse de ello. A cuatro patas, para no ser visto por los chicos que seguían enrollándose, sin darse cuenta de que alguien los observaba. Hallet se agazapó sobre su cuerpo, envolviendo su torso con un brazo, sosteniéndose en el aire con el otro.

- ¿Y bien? .- Susurró, dejando escapar una leve risita burlona impaciente por ver la reacción que Felix tendría que contener.- ¿Te ha sorprendido?

El menor, apretó los dientes, consciente de la incómoda posición en la que se encontraba con aquel chico, de sus dedos recorriendo su estómago, bajando lentamente por su pelvis. Era demasiado peligroso.

- Creo que ahora no puedes quejarte... Ni moverte sin mi consentimiento.

- Vete a la mierda.- Murmuró Felix, preparándose para deshacer aquella cercanía.- Aléjate de mí.

- Lo haría, pero entonces tendría que esparcir esta foto por todo el campus.- El menor dejó de moverse al instante, en pánico.- ¿Qué pensarían al ver al súper hetero Felix Aranguiz con un dedo en su interior... en una zona a la que se viene a tener sexo?

Hallet se apegó un poco más, al débil sujeto debajo de él, disfrutando del estremecimiento que lo recorrió al escuchar esas palabras. Le encantaba ver esa debilidad, salir a la luz debido a sus acciones.

Felix por su parte, con suerte, pudo procesar esas palabras antes de escuchar el fuerte gemido que lanzó uno de los chicos, al correrse, mientras el otro le masturbaba.

Se sentía caliente.

Debería sentirse disgustado... asqueado. Pero lo único que claramente podía sentir, era como una erección cobraba vida dentro de sus pantalones, presionando para salir.

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- ¿Te gusta, Felix?.- La voz de Hallet llego como un ronroneo hacia su oído. Suave, pero traviesa.

- ¿A quién le gustaría...? Ah!...

El mayor esbozó una media sonrisa, al atrapar su miembro, y apretarlo por sobre la tela del pantalón, comprobando que aquella incipiente erección estuviese allí.

Besos y perversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora