The Chosen One (Basada en hechos reales)

Capítulo V: La mujer de blanco

Mis sueños son cortos y escasos. Al contrario de mis pesadillas, las cuales son extensas, claras y practicamente pan de cada día. "Terrores nocturnos" dicen que tengo, "debería tomar pastillas para dormir" mencionan mis más cercanos al ver que la luz de mi habitación está encendida toda la noche y que solo puedo dormir una vez que amanece. Mi pregunta es, ¿Existen pastillas para no tener pesadillas? Si es así, esas son las que necesito.

En redes sociales, podemos encontrar diversos grupos, blogs y foros donde la gente comenta sucesos paranormales y esotericos. Desde hace un tiempo, decidí unirme y convertirme en una usuaria activa en ellos para poder conocer personas que quizás pasen por lo mismo que yo o al menos obtener respuestas. Lo único que he logrado encontrar en aquellos lugares, son leyendas, gente contando experiencias con fantasmas, personas que buscan ayudas de tarotistas y otras que desean saber como pueden abrir el tercer ojo o desarrollar más sus sentidos, están los que buscan hacer contacto con alguna entidad o espiritu y los que quieren llamar a criaturas como duendes solo por diversión.

Creo que toda persona es libre de hacer lo que desee con su vida y tiempo, pero no estoy segura de entenderlos a todos, creo que la mayoría de aquellas personas - No todas.- buscan un pasatiempo, solo lo ven como un juego y se dejan llevar más que nada por la curiosidad o morbo. No tengo nada en contra de estas personas, pero creo que si vas a hacer algo como esto, debes tener conciencia y un minimo de respeto, no es un juego.

Día a día, millones de personas juegan a la Ouija o bien intentan llevar a cabo alguna sesión espiritista, lo que sea, no se está manejando con precaución, están abriendo una puerta que no serán capaces de cerrar y que no traerá nada bueno. La ignorancia le abre paso al mal, de eso estoy segura.

Por otro lado, existen personas como yo, que no somos más que "victimas" de lo paranormal. Que no tenemos opción, más que intentar adaptarse a esta realidad, que la mayoría de las veces puede ser aterradora.

Cuando tenía 16 años, tuve la cual sería hasta el día de hoy, la pesadilla más escalofriante que haya "vivido", digo "vivido", ya que para mi, no son solo pesadillas, yo las vivo, las siento, las sufro e incluso las grito. El terror que me invadió con esta pesadilla fue uno que no he vuelto a sentir y espero jamás volver a hacerlo.

Era de día, el sol se escabullía entre las hojas de los arboles, estaba en un bosque que jamás en mi vida he conocido pero hasta el día de hoy me parece muy familiar. En un comienzo era todo extraño, no parecía una pesadilla, había luz y nada malo estaba sucediendo, claro que yo no podía estar más equivocada.
De un momento a otro, me di cuenta que algo extraño estaba por suceder, no había sonido alguno, el silencio era sepulcral y mi propia respiración me resonaba en el oído, podía sentir como se me aceleraban los latidos del corazón. Mi vista estaba puesta en todos lados, movía la cabeza de un lado para otro sin parar, pues sabia que en cualquier momento algo pasaría. Esta vez, tenía razón.
Un extraño sonido me alertó, sonaba como un pajaro, pero no habia ninguno cerca, el ruido se fue distorcionando cada vez más hasta que se convirtió en un ruido que solo podía ser hecho por una bestia infernal. La cuál me estaba observando desde lejos.

Era una especie de mujer, con cabello negro, liso y muy largo. Y digo "una especie de mujer" porque no estoy segura de que fuese humana... Su piel era palida, blanca, más que ninguna otra que jamás haya visto. La forma de sus ojos era extraña, pues eran completamente negros y literalmente redondos, sí, redondos. Pensar en ella, aún me provoca una sensación desagradable, como si cada vez que hablo o pienso en su aspecto, ella estuviera ahí... observandome con sus ojos demoniacos y sus extremidades más largas de lo normal. Recuerdo el terror que me invadió al ver que me observaba de la distancia, con su respiración agitada y en cunclillas, mientras mantenía sus manos en el piso cual primate. Por un segundo, me paralicé. Aún cuando esta vez podía moverme, el miedo fue el encargado de evitarlo. Al menos por un segundo.

La mujer de blanco, comenzó a gritar, pero su grito no era un grito de una mujer, sino como ya mencioné anteriormente, de una bestia infernal. Era como uno de esos efectos de computador que utilizan para distorsionar la voz. Eso fue lo que me sacó de mi trance y comencé la huída, pero al voltear a mirar que tan cerca venía... noté algo extraño, no corría como un humano, ya sabes, con sus dos piernas, sino que además se impulsaba con las manos, esas manos y brazos tan largos que le llegaban casi a los tobillos, sus piernas también eran anormales, al correr se veían como si sus rodillas se separaran tanto de su cuerpo que de pronto no parecía otra cosa más que una maquina futurista, diseñada en el infierno. Era rápida y corriendo en cuatro patas, se veía mucho más aterradora, como si fuese una araña gigante y veloz. Y ese sonido... un sonido que me pone los pelos de punta hasta el día de hoy.

La mujer me persiguió por un largo tiempo, cada vez parecía haber más árboles y realmente pensé que moriría, mis pesadillas jamás duran tanto tiempo y comencé a pensar que tal vez no era una pesadilla, sino que era real. De alguna forma inexplicable, esta mujer era real, mi miedo era real, quizás estaba en otra dimensión, quizás había muerto y estaba en el infierno. Quizás, quizás...

Entre sus gritos y los mios, desperté. Empapada en sudor, con dolor de pies y descubrí en cierta forma de donde venía el sonido, un pajaro en una jaula... era como si el pajarillo hiciera el sonido original, una maravilla creada por la naturaleza, que mi mente transforme en un sonido distorsionado salido directamente del infierno. Por dos horas estuve mirando el techo, mi amiga dormía placidamente en su cama, mientras yo ocupaba la de visitas, intenté hablarle, pero la voz no me salió, como si la hubiese perdido en mi sueño por tanto gritar.

Cuando finalmente me calmé y pude volver a dormir, pasó lo que jamás me había sucedido antes... o después.

La mujer de blanco me esperaba en el mismo bosque...