Ese momento mágico en que el tiempo se detiene por un rato...
¡No me pasa!
Ya estamos a viernes. Y a solo veinticuatro horas para la boda.
Nos hemos hospedado por orden del arruina vidas en el lujoso hotel, de manera que, mañana me arreglen y ayuden a vestir sin retrasos para la ceremonia. Al mediodía es el civil y finalizando la tarde, la eclesiástica.
Mi cuñada Ana María llamó por teléfono a mi habitación y quedamos en dar una vuelta por las instalaciones, no me apetece, pero es mejor que estar encerrada. Me había dicho que solo seríamos ella y yo, pero al llegar a la puerta de la discoteca, observo que hay varios rostros conocidos; me doy cuenta que no es una casualidad que estén aquí.
Veo a Cris, a una pelirroja y a unos amigos que bailan en la pista. Sonrío. Tengo que hacerlo. «¡Mira cómo se mueve el chino!» Nunca lo había visto bailar así; y él parece disfrutar del contoneo de la chica.
―¡Bienvenida a tu despedida de soltera! ―La miro con algo de enojo mientras Benja camina hasta nosotras.
―¿Por qué esa cara, hermana?
―No me lo esperaba ―miento.
―Te hará bien divertirte un rato. ―Me sonríe―. ¿Sigues molesta por la discusión que tuvimos en la galería?
―Les ruego que no hablen del tema ―advierte Ana mirando a su esposo―. Nos olvidaremos de los problemas, aunque sea por esta noche.
―Oye, ¿todo bien? ―le pregunto curiosa.
―Eres única... ―contesta Benja en dirección a Ana―. Perdona, pero no creo que en una noche se puedan olvidar cinco años de peleas.
―No, pero no toda la culpa es mía. ―Benja sonríe con cinismo, así que decido intervenir.
―Vale, está bien. Tienes razón, cuñada, solo por esta noche olvidemos quienes somos. Vamos a divertirnos y mañana le haremos frente a lo demás.
―¡Así se habla! Voy por unas bebidas. ―Asiento agradecida. Benja se pone serio y le doy un empujón.
―¿Se puede saber qué pasa?, ¿por qué la tratas así?
―Tienes que estar bromeando, ¿no? Belén, no me vengas con que ahora estás de su parte.
―¡Por supuesto que no! Yo solo estoy de parte de una pequeña de cinco años, que no merece ver como sus padres se pelean diariamente. Es hora de que arreglen sus cosas, Benjamín.
―No hay nada que arreglar, siento que me asfixia. ―Lo que dice me provoca enfado.
―Tú bebida, Belén ―suelta Ana a mis espaldas. Al coger lo que me ofrece, veo en sus ojos que ha escuchado y que está molesta.
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Arecuna © Publicada en Amazon
RomanceLIBRO 1 - SERIE AVENTURA El bombón más moderno, escandaloso y curvilíneo de la capital de Venezuela acaba de escapar de su propia boda. Algunos matrimonios no duran para toda la vida, pero un par de horas, sin duda es un nuevo record. La comunidad...