¿En donde tienes la cabeza?

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¿Es malo no querer hablar con tu madre? Es que... Verán, es complicado. Mi madre insiste en controlar lo que hago, porque quiere "lo mejor para mí" entonces consiguió que me dieran una beca para estudiar administración y la rechazé porque quiero ser escritora profesional. Por eso quiero estudiar literatura, pero ella no está de acuerdo y cada que llama es para hablar de cómo estoy desperdiciando mi vida (imagen de mí poniendo los ojos en blanco).

- Hablo en serio niña. - "Ya tengo veintidós." - ¿Qué es lo que esperas para matricularte? Trabajas en una cafetería ganando una miseria sólo para pagar una... No sé ni cómo llamarle porque eso no es una carrera.

- Mamá...

- Pero ¿Qué es lo que tienes en la cabeza? - Para responder a eso, estoy más preocupada por llegar tarde otra vez y por encontrarme a cierta persona en la parada del bus que por inscribirme en la facultad. Fingí perder la señal y le colgué, me cambié y fui a esperar el bus. No puedo negar que en cuanto llegué le busqué con la mirada, no estaba y me descubrí repentinamente decepcionada.

- ¿Buscabas a alguien?- Vuelvo a estar sobresaltada ¿Por qué se aparece así de repente?

- B-bu-buenos días... - "¿Por qué diablos me sonrojo?"

- Buenos días castaña. -"¿Castaña?" - Es por el color de tu pelo, es lindo.

- Gracias. - Me sonrojo otra vez. - Mi nombre es Lena.

- ¿Milena? - Preguntó, con su sonrisa de medio lado que le hacía ver tan sexy (imagen de mí mordiéndome el labio distraída).

- No te diré. - Le dije antes de subirme al bus. La mañana me la pasé metida en la cocina, puesto que volví a llegar tarde el señor espanto me puso a limpiar el trastero. Dereck es lo más en el trabajo, ha aprendido súper rápido y creo que lo van a nombrar empleado del mes o algo así. A la hora del almuerzo me toca atender a la señora Ramírez, es una de esas clientas que no se sienten bien con nada.

- Bienvenida a Deli's ¿Puedo tomar su...? - ¿Adivinen quién acaba de entrar a la cafetería? - ¿...Orden?

- Quiero un café expreso... del día... - "¡Ignacio está aquí! ¡Oh por Dios, oh por Dios!" - Y magdalenas.

- ¿Eh? Disculpe... ¿Me puede repetir la orden? Para asegurarme que no me olvido de nada. - Le dije con la mejor de mis sonrisas (no escuché lo que dijo).

- Te pedí un café expreso, un especial del día y magdalenas.

- ¿Disculpe?

- ¡Magdalenas! - Me gritó exasperada.

- Oh sí, sí, lo siento mucho. En seguida le traigo su pedido. - Me fui corriendo a la cocina, entregué la nota a Irina y me escondí un momento para verle de lejos.

- ¿Le conoces? - Dereck me miró curioso.

- Nou. - Dije disimulada, le llevé su café a la señora Ramírez.

- Pedí un expreso, esto es late. - Espetó molesta.

- Lo lamento mucho, mi compañera debió equivocarse. - "Lo siento Irina", justo cuando me doy la vuelta la escucho decir.

- ¿Qué es lo que tiene en la cabeza? - Ya te digo, Irina viene de tomar el pedido de Nacho (sí, ya le puse apodo).

- Dios, está buenísimo... - "No sé yo..." - Le vas a llevar el pedido, tengo que hacer pis.

- ¿Qué? ¡I-Irina! - ¡Y se vá! Me deja aquí toda nerviosa... ¿Y ahora que hago? Recojo un mechón de pelo que traía suelto y envío a Dereck con el expreso de la señora "tiquismiquis" la puta vieja se queda pelándo el diente mientras que con Irina y yo es la reina del Borde (pongo ojos en blanco y niego con la cabeza).

- Aquí tiene su pedido. - Pongo los platos en su lugar y me doy media vuelta, con suerte no me reconoce en este uniforme.

- Gracias, disculpe. - Me giro otra vez para ver qué quiere. Ahí está otra vez esa sonrisa de soy el puto amo. - Quiero... - Me mira de arriba a bajo y arriba otra vez. - Unas magdalenas, por favor.

Me muero, ¡juro por Dios que me muero! y es entonces que choco con el pobre de Dereck y le tiro una tarta de chocolate en la camisa "Mierda".

- Joder, ¡¿Pero qué tienes en la cabeza?! - Parece que el señor "aprendo súper rápido" no está de buen humor.

- ¡Lo siento mucho, Dereck! - Le ayudo a levantar la bandeja y me voy a por esas magdalenas. Irina recién sale del baño.

- El tío buenorro quiere magdalenas. - Le digo, no es que no quiera llevarlas pero ahora mismo estoy apenada con mi compañero. Voy hacia los casilleros y le encuentro soltando improperios por lo bajo.

- Si quieres la puedo lavar, estará en seguida.

- No es nece... Está bien, gracias. - Acepta con un suspiro, él también parece apenado. - He tenido un mal día.

- Bueno, no lo parecía mientras coqueteabas con la señora Ramírez. - Sonríe y se le marcan unos hoyuelos, los hoyuelos son lindos.

- Es uno de los clientes más habituales, es importante. - "Anda, ni que fuera a heredar el negocio" metí la camisa en la secadora y le miré de reojo, tenía el pecho y el abdomen al descubierto, debía reconocer que era agradable, MUY agradable a la vista.

Me descubrió mirándole y se volteó visiblemente sonrojado, "ternurita" luego de planchar la camisa se la extendí.

- Toma. - Tomó la camisa y se la colocó en seguida.

- Gracias, Magdalena. - Odio cuando dicen mi nombre completo.

- Dime... Lena, por favor. - Sonrió, mostrando sus hoyuelos. Me di la vuelta y cuando salgo me encuentro con Irina.

- ¿Que hacían? - Será cotilla.

- Nada que pueda alimentar tu morbo. - Rueda los ojos.

- ¿Vamos a salir este viernes? - "Cierto, habíamos quedado..."

- No sé, no tengo ganas.

- Venga, no seas así. Podemos invitar a Dereck. - Dijo elevando las cejas de forma graciosa.

- No sé qué es lo que quieres probar. - Dije un poco exasperada, siempre está buscándome pareja, parece mi madre.

- Debes estar ciega, si no ves lo bueno que está. Además no te quita los ojos de encima.

- Genial, ahora estás alucinando. - "Dereck no me ve así". - Además... Me gusta alguien.

- ¡Wow! ¿Es real? Quiero decir... Una vez te comprometiste con ese profesor de química...

- Eso fue cuando tenía quince. - Puse los ojos en blanco, nunca se olvidará de eso, no sé por qué le cuento esas cosas.

- Y has cambiado tanto... - "No uses ese tono sarcástico conmigo señorita"

- Solo digo que me gusta alguien, real o no. No estoy interesada.

- Vale, no vuelvo a mencionarlo. - No sé por qué siento que cedió demasiado rápido... Cuando por fin acabó mi turno, tardo media hora en el bus, llego a la puerta de mi aparta/habitación/cuartucho y...

- No me jodas... - No encuentro mis llaves... ¿Donde coño están mis llaves? ¡¿Cómo carajo entro a casa si no tengo llaves?! Aiuda. - ¡Mierda, mierda, mierda!

Ahora mismo empiezo a sentir dolor de cabeza, Jaqueca, migraña...

- ¿Lena? - Volteo lentamente. Es Dereck ¿Como llegó aquí?

- Irina me dio tu dirección. - Ah, ahora lee la mente. - Te dejaste tus llaves.

- ¡Oh por Dios, estaba a punto de volverme loca! - Me extiende las llaves. - Gracias, no sé en dónde tengo la cabeza.

PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora