Un día gris... (I)

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Estoy de un humor de perros, está de más decir que no dormí nada en toda la noche. Estoy a punto de llegar a la conclusión de que Ignacio no sabe que soy la mesera del Deli's, por otro lado anoche se portó muy amable conmigo. Luego está Dereck diciendo que va a insistir.

Me debato entre levantarme de la cama o quedarme bajo las sábanas todo el santo día. Está lloviendo y no tengo ni idea de porqué llueve en diciembre, quiero decir que la primera semana de diciembre o todo el mes de diciembre no debería llover (pero lo hace).

A la una de la tarde, decido que ya me duele el cuerpo como para quedarme acostada, me pongo de pie, arreglo mi habitación me pongo la toalla y a bañarse.

***

Hoy no será un buen día. Cuando me estaba bañando una puta cucaracha se me subió en el pie, qué asco. Debo decir que mi vecino pudo ver cómo salía totalmente desnuda y enjabonada (gritando como loca) de la bañera, desde la comodidad de su ventana.

- Asco, asco... - Estoy que me pongo a llorar. Luego de tranquilizarme me he hecho una sopa china y me he ido a mi cama (a comer la sopa), mis ojos vagan por la habitación y terminan posándose sobre un cuaderno, un cuaderno en el que hacía apuntes de posibles ideas, sobre novelas.

»- Su hijo quiere demostrarle que puede con lo que está haciendo.

- ¿Te ha explicado Dereck, sobre lo que está haciendo exactamente? 

- No, sólo que estaba a punto de tirar la toalla, por usted.

- Ya veo ¿Y qué le has dicho tú?

- Que le demuestre que puede, para que usted se sienta orgulloso de la decisión que ha tomado.

- Dime... Magdalena ¿Tienes alguna vocación?

- Sí.

- Y... ¿Estás trabajando en ello?

- Yo...

- No tienes que sentir vergüenza... Pero ¿Te parece bien darte por vencida, mientras instas a mi hijo a luchar por lo que quiere?«

Sacudo esos pensamientos de mi cabeza, me he puesto de mal humor. Mi teléfono suena y es mi madre.

- Por Dios, ahora no. - Mi expresión de ojos en blanco está en su máxima potencia. - Hola mami.

- Hola cariño ¿Cómo estás?

- Estoy bien ¿Y tú?

- No te oyes muy bien. - La santa inquisición.

- Se me ha subido un bicho en el pie y estoy asqueada.

- Oh mi niña, eso debería servir para que dejes ese horrendo piso y regreses a vivir con tu madre. - "Y aquí vamos". - Dime que has recapacitado y vas a dejar de perder el tiempo.

- Madre, tengo otra llamada en la línea...

- Oh no, no vas a usar esa excusa para colgarme jovencita. - "Oh por Dios..."

- Esta vez hablo en serio, mamá.

- Bueno, pero promete llamarme cuando termines.

- Está bien. - Por estar con mi madre, se ha caído la llamada. Me voy a la cocina a lavar la losa cuando en teléfono vuelve a soñar. Me lo engancho entre hombro y oreja y sigo en lo mío.

- ¿Hola? - Nadie habla, sólo puedo escuchar su respiración. - ¿Hola? - Un trueno se escucha a lo lejos y siento como si estuviera anunciando un mal presagio. - Si no habla voy a colgar.

- ¿...Lena? - Su voz ronca y acortada por sollozos no me impide reconocerle.

- ¿Dereck? ¿Estás llorando? ¿Qué sucede?

- ... Es... Mi pa-dre. - Como si de una película se tratara se me ha resbalado la losa y se a caído al suelo volviéndose añicos (vaya cliché).

- ¿Dónde estás?

- Estoy... En el hos-pital, lo están... Sacan-do para llevarlo a la funera-ria... Yo... No sabía a quién llamar. - Ay Dios... Siento un nudo en mi garganta y mis ojos pican.

- Voy para allá. - Me ha dado la dirección de la funeraria; mientras buscaba ropa en mi closet he llamado a Irina y al señor Valera. Este es un domingo de mierda, he encontrado un vestido negro y me lo he puesto con unos zapatos de tacón bajo.

He llamado un taxi para que me lleve a la funeraria, en donde será velado el papá de Dereck. Durante el trayecto escucho canciones como "¿quién?" de Pablo Alborán y otras un poco más deprimentes.

- Disculpe, ¿podría apagar la radio? - "yo te extrañaré" de Tercer Cielo ha podido conmigo. He llegado a la funeraria y me he puesto a buscar a Dereck con la mirada, le he ubicado en una banca a lo lejos.

- Ya estoy aquí. - Mi amigo levanta la vista y sus ojos llorosos e irritados se clavan en los míos ¿Les había dicho que no sería un buen día?

:'(

PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora